MEDICINA Y LITERATURA

«La profesión médica no me interesaba, pero me ofrecía la oportunidad de vivir en Londres, y de adquirir así la experiencia mundana que tanto deseaba tener – cuenta Somerset Maugham en «Recapitulación» (Plaza & Janés), evocando el recorrido de su vida -. Ingresé en el hospital de Santo Tomás en el otoño de 1892.(…) Allí estaba en contacto con todo lo que más deseaba conocer: la vida en toda su crudeza. En aquellos tres años tuve ocasión de ser testigo de todas las emociones de que es capaz un hombre. Ello excitaba en mí mi instinto dramático. Y hacía surgir al novelista que había en mí«. La vocación y la raíz de la literatura ha surgido algunas veces en contacto con la enfermedad y la medicina, y en ocasiones, como en el caso de la mexicana Bárbara Jacobs al contemplar el primer cadáver, empujó radicalmente el rumbo de una decisión, tal como conté ya en Mi Siglo. Muchos médicos han sido personajes de grandes novelas. Sólo basta poner el ejemplo de que de los 2.472 personajes de Balzac, 31 son médicos. Por otra parte, a lo largo de la Comedia Humana se aborda la tuberculosis, las fiebres pútridas, los envenenamientos, numerosas apoplejías y varias dolencias de corazón. La salud y sus carencias siempre han interesado a los grandes creadores. La falta de salud, lógicamente, ha despertado la atención de los escritores y la extension de las grandes pandemias por la Historia suscitaron descripciones numerosas, entre otras, en Bocaccio, Samuel Pepys, Defoe o Camus. Las enfermedades cercanas, al visitar puntualmente a quienes escribían, provocaron también revelaciones en su correspondencia.  Flaubert , por ejemplo, le dice a Louise Colet mientras compone Madame Bovary que su dolencia nerviosa le había causado alucinaciones y es a partir de 1853 cuando desea comentarle que ya han pasado las épocas de sus ataques nerviosos: «eran pérdidas seminales de la facultad pintoresca del cerebro – le confiesa el novelista -, cien mil imágenes que saltaban al mismo tiempo, como fuegos artificiales«.

Medicina y literatura han ido muchas veces hermanadas, como lo han hecho de algún modo también arte y enfermedad melancolía y música, comentadas igualmente aquí. Keats en sus Cartas, en los últimos años de su vida, consumido por una enfermedad mal atendida  – como cuenta Lord Houghton estudiando la correspondencia del poeta (Imán) -, reflexiona en 1820 sobre la relación que existe entre enfermedad y creación artística: «¡ de qué asombrosa manera el riesgo de abandonar este mundo hace que sus bellezas naturales se impriman en nosotros! (…) Pienso en los campos verdes; medito con el más grande cariño sobre cada flor que he conocido desde mi infancia; sus formas y colores son tan nuevos como si acabara de crearlas con una fantasía sobrehumana. Y eso ocurre porque están relacionadas con los momentos más irreflexivos y más felices de nuestra existencia. He visto flores exóticas en invernáculos, flores de la más grande belleza, pero no me importa nada de ellas. Las simples flores de nuestra primavera es lo que necesito ver otra vez».

Es la sensibilidad en la epidermis de la escritura, la evocación de la salud, el recuerdo de tantas alegrías pasadas.

(Imágenes: 1.- El boticario.-Pietro Longhi.-1752.- Galería de la Academia.-Venecia.-wikipedia/ 2. –Nora Heysen.- 1945.- f. feminine)

LA TIRANÍA

«Le Monde» presenta también esta imagen sobre la Tiranía para anunciar su ofrecimiento de «La Comedia humana» de Balzac a sus lectores.

«Quien inspira terror, él teme aún más – dice Claudiano en «De Consulatu Honorii» -; tal es la condición de los tiranos».

«Ser tirano no es ser – dice Quevedo -, sino dejar de ser, y hacer que dejen de ser todos».

«Aunque pudiera hacerme temible – escribe Montaigne -, preferiría hacerme amable».

«Porque ninguno de los que han conseguido criminalmente el poder, lo han usado con rectitud»- se lee en las «Historias» de Tácito.

«Cuando el puebo está libre de tiranía, se erige en tirano la opinión pública».- recuerda Bulwer Lytton.

Largas y excelentes citas podrían irse encadenando sobre este tema universal.

(Imagen: «La Tyrannie», ilustración aparecida en el Diario «Le Monde» promocionando «La Comedia humana» de Balzac.)

LA AVARICIA ( Y LOS MERCADOS FINANCIEROS )

«Le Monde»  (como ya dije en Mi Siglo el 13 de septiembre) continúa ofreciendo imágenes que nos puedan llevar a la lectura de» La Comedia humana» de Balzac y de nuevo muchas frases acuden aquí para comentar la avaricia (Si añadimos además la actualidad que nos arroja estos días los mercados financieros)

«La extremada avaricia – escribe, por ejemploLa Rochefoucauld – se engaña casi siempre: no hay ninguna pasión que se aleje tanto de su fin, ni sobre la cual el presente tenga tanto poder en perjuicio del porvenir».

«Muy a menudo la avaricia produce resultados contrarios – dice también La Rochefoucauld -; existe una cantidad infinita de gente que sacrifican todo su bien a esperanzas dudosas y lejanas; otras desprecian importantes ventajas futuras por pequeños intereses presentes».

«Al pobre le faltan muchas cosas; pero al avaro, todas».- recuerda Publio Siro en sus «Sentencias».

«Por muy enterrado y guardado que tenga el avaro su dinero – escribe Antonio de Guevara en sus «Epístolas familiares» -, de nadie lo guarda tanto como lo guarda de sí mismo; porque si echa dos llaves al cofre para guardar, echa doscientas a su corazón para no gastar».

Y reza la sabiduría de un Anónimo de este modo: «La avaricia es un continuo vivir en la pobreza por miedo a ser pobre».

(Imagen: ilustración de «Le Monde» para el lanzamiento de «La Comedia humana» de Balzac)

LA VANIDAD

«Le Monde» ofrece a partir de pasado mañana, 15 de septiembre, -y cada semana – un tomo de «La Comedia humana» de Balzac y  en la publicidad  que acompaña a su lanzamiento figuran distintas imágenes. Por ejemplo, La Vanidad.

«Que una cosa tan clara como es la vanidad del mundo – dice sobre ella  Pascal – sea tan poco conocida, que sea una cosa extraña y sorprendente el decir que es una necedad buscar las grandezas, eso es admirable».

«La ciencia de las cosas exteriores no me consolará de la ignorancia de la moral en tiempos de aflicción – sigue diciendo Pascal -, pero la ciencia de las costumbres me consolará siempre de la ignorancia de las ciencias exteriores».

«En las ciudades por donde pasamos no nos ocupamos de ser estimados. Pero cuando debemos quedarnos en ellas durante algún tiempo, nos preocupamos de ello. ¿Cuánto tiempo hace falta? Un tiempo proporcionado a nuestra duración vana y mezquina».

«Quien no ve la vanidad del mundo es bien vano él mismo. Pero, ¿quién no la ve, excepto los jóvenes que están completamente sumidos en el ruido, en el divertimento y en el mañana?

Mas quitadles su divertimento, les vereís consumirse de tedio. Sienten entonces su nada sin conocerla, pues es ser muy desgraciados el estar en una tristeza insoportable, tan pronto como uno se ve reducido a pensar en sí mismo y a no estar entretenido».

Todo esto también dice Pascal.

(Imágenes: «La vanité»: ilustración aparecida en «Le Monde» anunciando «La Comedia humana»» de Balzac/ Jan Miense Molenaer, «Allégorie de la Vanité» 1633.-Toledo Museum of Art.-Toledo, Ohio.-jama-ama-assm.org)