«Quitadme todo: el aire, el sol,
la entraña.
Quitadme hasta la piel
y las pupilas.
Dejadme, sí, la cicatriz
de una palabra.
Dejadme esta galería
de rostros en el alma.
Dejad intacto el muro
donde he escrito sus nombres.
He conquistado:
mis amigos son míos,
mi huerto,
este patio con su alberca
y sus granados.
Llevaros todo.
Dulzuras, lo confieso,
ya no tengo…,
se las di a mis hijos
porque ellos me inventaron.
Eternidad tampoco.
Mi tiempo, si lo tuve,
lo fui dando.
Construí con él la casa.
De tiempo dibujé los monogramas.
Un nombre en un anillo
fue mi alianza.
Yo no hice nada.
Sobre un mantel, un día,
escribí, «casa».
Después tuve la mía
y fue mía la estancia.
Abrí ventanas,
sembré rosas, membrillos
y albahacas.
Pero mi reino ahora
es una arquitectura
de sintaxis.
Fue simple, no lo niego.
Lo demás me lo dieron,
vino luego.
Y la casa fue azul
con sus paredes altas y su huerto.
¡Tan grande ahora!
Le crece el mundo dentro.
Tenéis razón. Llevaros todo.
Es cierto:
para escribir los nombres de la vida
un muro basta».
Reyna Rivas.– «Estación de hoy»
(Imágenes:- 1.-Elise Brown .-Marta Syrko/ 2 y 3.-Eva Rubinstein)