HOLMES, DISFRACES Y DEDUCCIÓN

holmes- iiop- net7art com

 

El personaje del más grande de los Grandes Detectives, el hombre que sin ser infalible nadie había sorprendido nunca en un fallo, vuelve ahora a las pantallas presentando su historia. «Holmes era muy superior a la mayoría de sus compañeros detectives en el arte del disfraz . En uno de los cuentos aparece bajo el aspecto de un criado borracho y de un clérigo inconformista. Puede ser un viejo alto y delgado, como un hombre deforme, de mediana edad, capaz de parecer un palmo y medio más bajo durante horas enteras… Conan Doyle tomó de Vidocq las ideas para algunos de estos disfraces, como tomó de Poe la facultad de adivinar el pensamiento de que hacía gala Holmes (…) Si analizamos con detenimiento muchos de los detectives literarios, vemos que no son apenas más que el saco de argucias que su autor les ha puesto en el hombro como quien da a un trabajador su caja de herramientas. Holmes es concebido en sus perfiles, con unos atributos que son, en realidad sucedáneos de la caracterización: el ojo de águila, la misantropía, un aire remoto. Y es mérito de Doyle que Sherlock Holmes se nos presente como un hombre dotado de auténtico genio para su trabajo».

Holmes- ntr- Holmes y Watson- ilustración para el Strand Magazine- mil ochocientos noventa y tres

Estas palabras de Julian Symons en su «Historia del relato policial» nos recuerdan que Holmes, «en su aspecto y maneras y en el estilo de sus deducciones, estaba basado en el cirujano consultor del Dispensario de Edimburgo, doctor Joseph Bell, pero si Bell fue su modelo, Holmes es en realidad producto de la invención de Arthur Conan Doyle. En cierto aspecto, Doyle era Sherlock Holmes (puesto que dio muestras de su habilidad en el análisis de más de un caso auténtico de asesinato) y basta con contemplar una fotografía de Doyle para advertir que en él había también elementos de Watson«.

 

Sherlock_Holmes- por Sidney Paget- mil novecientos cuatro- wkipedia

Holmes ha sido tratado, a favor y en contra, por innumerables autores. «Sus métodos detectivescos están pasados de moda – decía Cyril Connolly – y son imperdonablemente primitivos, injustos y apegados a la viejas reglas». Pero sus deducciones siempre han sido motivo de comentarios: «El detective fue primero el hombre que sabía observar – apuntó Roger Callois -, remontarse desde el indicio hasta el delincuente, desde el jirón de tela hasta el vestido, desde el vestido hasta el sastre y desde el sastre hasta el cliente. En esa época la cualidad dominante del protagonista es el olfato. Se le compara preferentemente con un perro de caza. Pero pronto sobre la observación se articula la deducción: Conan Doyle introduce el método. Sus sucesores lo perfeccionan (…) El artificio provoca el asombro del lector al final del relato. Es que le han ocultado lo principal: el detective ha guardado para sí todos los indicios decisivos».

Holmes- ngy- atuendo de Holmes- wikipedia

Holmes no perseguía a cualquier criminal. En una de las novelas en la que el protagonista es asesinado por una mujer, se niega a prestar ayuda a la policía diciendo al inspector Lestrade: «Creo que existen crímenes que la ley no puede alcanzar y que justifican una venganza privada. No, es inútil insistir; llegado el caso, experimentaría más simpatía por los asesinos que por la víctima».

Holmes- nui- detectivesdelahistoria es

 

  (Imágenes.- 1.-net7art com/ 2.-Holmes y Watson -ilustración para el Strand Magazine- 1893- Wikipedia/ 3.-Holmes- por Sidney Paget- 1904- wikipedia/ 4.-atuendo de Holmes- Wikipedia/ 5.- detectivesdela historia)

CRÍMENES Y GASTRONOMÍA

«Poirot agarró con brusco ademán el martillo de azúcar que se encontraba en la biblioteca, lo hizo girar y lo abatió…como si fuera a partir el cráneo de Robin. El gesto había sido tan terrorífico que más de uno exhaló un grito», se lee en «La señora McGinty ha muerto«. Agatha Christie, en uno de sus viajes por el mundo acompañando a su segundo marido, quedó pasmada ante aquel objeto que tenía ante sí sobre la mesa del comedor: un martillo de azúcar adornado con dibujos de pájaros y una cabeza de gamo. Aquello le proporcionó el germen de la acción que en una de sus novelas ejecutaría Hércules Poirot. La gastronomía rodeó a la escritora en muchas ocasiones de su vida. En 1961 la autora de «Muerte en el Nilo»  invitaba así a su casa a una amiga suya: » ¿Quieres venir a las ocho y media? Degustaremos una gran cantidad de caviar. No habrá nada más que café solo, pero es posible que comamos una cantidad de caviar suficiente como para no desear otra cosa. De todas maneras, siempre habrá jamón». En su novela «Después del funeral«, la escritora señala con ironía: «tras el delicioso caldo de pollo y las carnes frías regadas con un excelente vino de Chablis, la atmósfera fúnebre se aligera bastante«.

Agatha Christie fue durante toda su vida una infatigable consumidora de manzanas, una de sus frutas preferidas junto con los melocotones que cultivaba en su propiedad de Greenway House. Fue allí, al cumplir los ochenta años, cuando quiso recibir de manera especial a sus familiares y amigos: » anoche – contaba la escritora al día siguiente -, picnic en la landa con cinco perros y un magnífica cena: aguacates a la vinagreta, langosta con crema, helado de moras y auténticas moras con mucha nata y, ¡oh, qué delicia!, una gran jarra de verdadera nata para mí y champán para los otros...».

Se ha dicho que cierta glotonería en la novelista pudo surgir ya en casa de sus padres, cuando éstos invitaban a cenar a Henry James o Rudyard Kipling. Igualmente se ha escrito que, poco tiempo después de casarse con Archibald  Christie, su primer marido, cuando ella trabajaba como enfermera voluntaria, le intrigaba la presencia de «unas botellitas azules y verdes con etiquetas rojas» que llegaron a inspirarle un poema:

«Se halla el sueño, el reposo, el reflujo de los dolores,

pero también la amenaza, el asesinato y la muerte repentina,

en esos frascos verdes y azules…»

Entre otras numerosas investigaciones se encuentra la tesis de Farmacia «Estudio crítico del uso de los tóxicos en la obra de Agatha Christie«. Son los venenos extraídos de frascos azules y verdes, a veces disueltos en sabrosas recetas de gastronomía. Es el asesinato líquido, apenas desvelado, aquel que sabrán descubrir pacientemente los detectives. Mientras tanto Agatha Christie, levantando su cabeza de la máquina de escribir, parece que nos invitará a desgustar su menú personal.  Su biógrafa nos lo recuerda muy bien: «eran platos simples pero deliciosos: huevos con bacon, pollo frío con mayonesa (una de sus especdialidades), tortilla o tostada con anchoas, algo que sus invitados no olvidaban así como así».

(Pequeña evocación ahora que se comentan los 120 años de Agatha Christie)

(Imágenes:-1-la escritora en su casa.-travelnauta. com/2.-Agatha Christie.-librosgratis)