RESPIRO

«respira. respira. pasa la gente. pasa el tiempo. respiro. tomar aquí el té del desierto y escuchar el zumbido de la ciudad. respira y tómate una pausa aspira el perfume de la arena y no tosas y aún menos si los tubos de escape te traen aún recuerdos. respira y bebe tranquilamente. no hay nada que nos apremie nada que nos oprima nada que pueda sucedernos no hay nada que nos sea más importante que beber este tiempo que se posa cálidamente en nuestros vientres. respira. pasa la gente. pasa… el viento sopla en la pared y agita levemente los pliegues y fallas del fresco en ella dibujado. bombín y chaqueta negra, estamos compuestos ahora para penetrar la muralla de los tiempos. y mira, mira, dunas y arenas. arenas y dunas, rocas y piedras y todo este azul todo este azul todo este azul que nos llega del cielo del desierto. el viento sopla más fuerte en la muralla y se lleva mi sombrero. se escapa. y atraviesa la calle atraviesa el bulevar la avenida atraviesa la ruta. pasa la gente pasa las callejas pasa las avenidas y abre los senderos. franquea los raíles, evita flechas y cóleras de Thalys, de Eolo o de Coral

pasa la gente

respira respira…»

Jean Luc Raharimanana  (Madagascar, 1967)

(Imagen: desierto del Sahara.-foto Richard Gordon)