» Tengo derecho a conversar conmigo mismo«, escribe Saint- Exupéry en su correspondencia.»Es ahora cuando parece dulce la infancia – confiesa también en «Piloto de guerra» -. Dispongo de todos mis recuerdos…Dispongo de mi infancia».«Formarás al hombre a partir de lo pequeño que hay en él, enseñándole ante todo a cambiar, porque, fuera del cambio, no hay más que endurecimiento«, comenta igualmente en «Ciudadela«.
Es siempre la infancia recobrada, la infancia que habla con uno mismo. Es para un niño para quien escribió Saint- Exupéry «El Principito» y el niño era él; como se ha recordado, lo hizo para restituir al hombre maduro, un poco aturdido por cuanto le ha acaecido, el paraíso de los amaneceres frescos, de los pequeños animales y de las flores que se abren. «He aquí mi secreto – se lee en ese libro -. Es muy simple: sólo se ve bien con el corazón. Lo esencial es invisible para los ojos«.Como señala Jean- Claude Ibert en su estudio sobre el escritor francés, Saint-Exupéry no quería que «El Principito» fuera leído a la ligera, cosa muy difícil, ya que su héroe se deja seducir gracias a su exquisita fantasía, que va acompañada de una gravedad conmovedora.
«Personalmente se interesaba mucho por los niños – dice Ibert -, y sentía gran placer despertando su curiosidad, bien relatándoles hermosos cuentos, bien inventando para ellos juegos más o menos complicados. Se dirigía a ellos en un lenguaje a su alcance, cautivaba su atención y pronto conseguía ser amigo suyo«.
«- El desierto es hermoso, dijo el Principito.
Y era verdad. Siempre he amado el desierto. Nos sentamos sobre una duna de arena. No se ve nada. No se oye nada. Y, sin embargo, algo irradia en silencio…
(…)
Como el Principito se dormía, lo tomé en brazos y me puse nuevamente en camino. Me sentía emocionado. Me parecía llevar un tesoro frágil. Me parecía incluso como si no hubiera nada más frágil en la tierra. Contemplaba a la luz de la luna, aquella frente pálida, aquellos ojos cerrados, aquellos mechones de cabellos que temblaban al viento, y me decía: lo que estoy viendo no es más que una corteza. Lo más importante es invisible… Y caminando así, descubrí el pozo al amanecer».
(evocación en el momento en el que se han encontrado dos páginas inéditas de «El Principito«)
(Imágenes: 1 y 2: ilustraciones de «El Principito»/ 3.-Saimt-Exupéry/4.-desierto.-uol. taringa.net/5.-dos páginas inéditas del borrador de «El Principito».-Remy de la Mauviniere.-AP)




