LA FOTOGRAFÍA Y EL RECUERDO

 

«Las personas son lo que recordamos de ellas. En última instancia, lo que denominamos vida no es sino un tejido formado por los retazos de los recuerdos de otro. Al llegar la muerte, se desteje y uno se queda con fragmentos desiguales e incompletos. O, si se quiere, con un conjunto de fotografías. Llenas de insoportables risas o de sonrisas igualmente insoportables. Insoportables por su unidimensionalidad. Yo debería saberlo bien, siendo como soy hijo de fotógrafo. Y podría llegar incluso a sugerir cierta conexión entre la fotografía y la escritura, porque ambas crean fragmentos en blanco y negro. O porque ambas constituyen un modo de retener algo. Pero no podemos pretender que lo que contemplamos continúe más allá de su dorso en blanco. Además, en cuanto nos damos cuenta de hasta qué punto la vida de alguien es rehén de nuestra propia memoria, evitamos caer en las garras del tiempo pretérito: utilizarlo viene a ser como hablar a espaldas de alguien o reclamar la pertenencia a una mayoría orgullosa y triunfante. Nuestro corazón debería intentar ser más honesto – si no más inteligente – que nuestra gramática. O, por lo menos, deberíamos llevar un diario cuyas anotaciones mantuvieran estrictamente a raya ese tiempo verbal».

Joseph Brodsky – «Del dolor y la razón»

 

mujer-hhb-japon-fotografia-anonima-mil-novecientos-cincuenta-y-cuatro

 

(Imágenes- 1-Erwin Blumenfeld– / 2.-fotógrafo anónimo – Japón 1954- cortesía Galería Lumiere des Roses)

LA PACIENCIA

 

flores-uin-otto-piene-mil-novecientos-setenta-y-ocho

 

«De las muchas virtudes que tenemos a nuestra disposición. – decía el poeta ruso Joseph Brodsky -, la paciencia es la más conocida por obtener recompensa. De hecho, la paciencia constituye parte integral de cualquier virtud. ¿Qué es una virtud sin paciencia?: tan sólo buen carácter. En algunos trabajos, sin embargo, no resulta aconsejable; de hecho, podría ser mortal. Otros trabajos requieren paciencia, mucha, mucha paciencia; y quizá por ser la única virtud detestable en ellos, sus profesionales se dedican a fondo a cultivarla».

Joseph Brodsky– «Pieza de coleccionista» (1991) – «Del dolor y la razón»

(Imagen.-Otto Piene- 1978)

EL ABURRIMIENTO Y LA PASIÓN

 

 

 

gentes-ftyy-soledad-Marc-.Antoine Fehr- autorretrato- mil nivecientos noventa

 

«Conocido por numerosos seudónimos – hastío, tedio, apatía, estolidez, letargia, languidez, sopor, acidia, depre, etc –así  les iba diciendo el poeta y Premio Nobel ruso Joseph Brodsky  a los estudiantes en la ceremonia de graduación en Darmouth  College, en 1989 – el aburrimiento  constituye un fenómeno complejo, fruto, por lo general, de la repetición. Podría parecer, por lo tanto, que el mejor remedio contra él consistiría en la innovación y la originalidad constantes. Eso es lo que vosotros, que sois jóvenes y modernos, esperáis que ocurra. Por desgracia, la vida no os lo va a facilitar, pues la esencia de la vida consiste precisamente en la repetición (…)

 

café- rdd- soledad- Nick Cave

 

Por decirlo así, el aburrimiento es la ventana al tiempo, a esas características del tiempo que uno tiende a pasar por alto para no poner en peligro su equilibrio mental. – seguía explicando Brodsky,  y de este modo lo quiso recoger en  «Del dolor y la razón«( Siruela) – Se trata, en definitiva, de una ventana a la infinitud del tiempo, o, lo que es lo mismo, a nuestra propia insignificancia en él. Eso es lo que quizá explique el pavor ante las tardes solitarias y mortecinas, o la fascinación con que uno observa a veces el polvo en un rayo de sol, y se oye de fondo el tictac de algún reloj; el día es tórrido, y la fuerza de voluntad se halla bajo mínimos (…) «

 

interiores-jjnnu-Rodney Smith

 

(«Oh, qué antiguo soy! – había escrito ya  Eugenio D ´Ors en su «Oceanografía del tedio» – ¡ Oh, qué antigua es ya esta tarde de cinco horas! Lo que me ha fatigado tanto, ¿ será la experimentación de todas las maravillas del  tedio?). Y Brodsky proseguía ante sus estudiantes: » El aburrimiento supone, en efecto, una irrupción del tiempo en vuestro esquema de valores. Sitúa la vida en su justa perspectiva, lo cual da como resultado la precisión y la humildad. Esta última, observémoslo, engendra a la primera. Cuanto más conocemos nuestro propio tamaño, más humildes y compasivos nos volvemos respecto a nuestros semejantes, a ese polvo que flota en el rayo de sol o ya inmóvil sobre nuestra mesa. ¡Cuánta vida encierra ese polvo! No desde nuestro punto de vista sino desde el suyo. Nosotros somos para él lo que el tiempo es para nosotros; por eso parece tan poca cosa. ¿Y sabéis lo que dice el polvo cuando lo limpian de la mesa?

«Recuérdame»

susurra el polvo.

 

cielo-uubbgt-atardecer- Rick Stevens

 

He citado estos versos no porque quiera inculcaros el gusto por lo que es pequeño (semillas y plantas, granos de arena o mosquitos) pero numeroso; los he citado porque me gustan, porque en ellos me reconozco a mí mismo y, por tanto, a cualquier otro organismo destinado a ser barrido de la superficie .»Recuérdame»/ susurra el polvo«. Pues si aprendemos la lección que el tiempo nos da sobre nosotros mismos, quizá el tiempo, a su vez, pueda aprender de nosotros alguna lección. ¿Cuál sería? La de que, aun inferiores en transcendencia, lo superamos en sensibilidad (…)

Por lo tanto, intentad mantener la pasión, dejad la frialdad para las constelaciones. La pasión es, sobre todo, un remedio contra el aburrimiento».

 

paisajes-yubbd-atardecer- John Aavitsland

 

(Imágenes.-1.-Marc Antoine Fehr– 1900/ 2.-Nick Cave/ 3.- Rodney Smith/ 4.-Rick Stevens/ 5.-John Aavitsland)

EL LECTOR

lectura-uuu-2000-por-benny-andrews-artnetLos ojos emocionados de Hanna Schmitz (Kate Winslet) en la película «El lector» de Stephen Daldry cuando escucha a Michael Berg leyéndole pasajes de «La dama del perrito» de Chejov o de «La Odisea«,  no se emocionan ni se compadecen sin embargo ante las vidas de mujeres condenadas a muerte en los campos de concentración, y esto nos lleva de la mano al gran debate sobre si las artes y la literatura pueden incidir en algún momento y de algún modo sobre las formas del mal.

Joseph Brodsky, en su Discurso de recepción del Premio Nobel en 1987, («Inusual semblante«, en «Del dolor y la razón» (Destino) afirmaba que, «para alguien familiarizado con la obra de Dickens, matar en nombre de una idea resulta más problemático que para alguien que no ha leído nunca a Dickens. Y hablo precisamente de leer a Dickens, Sterne, Stendhal, Dostoievski, Flaubert, Balzac, Melville, Proust o Musil; es decir, hablo de literatura, no de alfabetismo o educación. Una persona cultivada, tras leer algún tratado o folleto político, puede ser sin duda capaz de matar a un semejante y sentir incluso un rapto de convicción. Lenin era una persona culta, Stalin era una persona culta, Hitler también lo era; y Mao Zedong incluso escribía poesía. Sin embargo, el rasgo que todos estos hombres tenían en común consistía en que su lista de sentenciados a muerte era más larga que su lista de lecturas».lector-ll-matisse-signes

Hanna Schmitz no sabe leer pero escucha la lectura. Esas lecturas entran por sus oídos y van emocionando sus ojos y alterando su espíritu. Le impresiona Chejov, le impresiona Homero. Si hubiera sabido leer, si hubiera leído, ¿ habría actuado quizá de otra forma? La literatura, la música – la belleza, en resumen -¿influye beneficiosamente sobre la superficie del mal?. «No sabemos – dice Steiner en «Lenguaje y silencio» (Gedisa) – si el estudio de las humanidades, de lo más noble que se ha dicho y pensado, contribuye efectivamente a humanizar. No lo sabemos; e indudablemente hay algo terrible en dudar si el estudio y el placer que se encuentra en Shakespeare hacen a un hombre menos capaz de organizar un campo de concentración. Hace poco uno de mis colegas, un erudito eminente, me preguntaba, con sincera perplejidad, por qué alguien que quiere entrar en una facultad de literatura inglesa ha de referirse con tanta frecuencia a los campos de concentración; ¿tienen algo que ver con el tema? Tienen mucho que ver y antes de seguir enseñando debemos preguntarnos: ¿son humanas las humanidades? y si lo son, ¿por qué se esfumaron al caer las tinieblas?».

(Imágenes: 1.-«(Scholar).-America Series.- 1991.-por Benny Andrews.-artnet/ 2.- Mujer leyendo.-Matisse)