MÚSICA Y SUEÑOS

música.-nnd.-el violinista.- Claude Weisbuch.- 1927

«Hace dos años –  cuenta Berlioz en sus «Memorias» – en una época en la que el estado de salud de mi esposa me acarreaba muchos gastos, y aún existía cierta esperanza de que mejorara, una noche soñé que componía una sinfonía, y la oí en mis sueños. A la mañana siguiente, al despertar, oí casi todo el primer movimiento, que era un Allegro en La menor con un compás de dos por cuatro

música.-5gbb.-Eduard Wiiralt--1898-1954

(…) Ya me dirigí a mi escritorio a anotarlo cuando de repente pensé: «Si lo hago, acabaré componiendo el resto. Hoy en día mis ideas suelen expandirse mucho, y esta sinfonía podría acabar siendo enorme. Me pasaré quizá tres o cuatro meses trabajando (tardé siete en escribir Romeo y Julieta), y durante este tiempo no escribiré artículos, o muy pocos, por lo que mis ingresos disminuirán.

núsica.-rtyb.-Ramón Casas.-retrato del violonchelista Gálvez

Cuando la sinfonía esté escrita estaré tan débil que mi copista acabará convenciéndome de que la haga copiar, lo que inmediatamente me hará contraer una deuda de mil o mil doscientos francos. Una vez las partes existan, me acosará la tentación de hacer que la obra se interprete. Daré un concierto, cuyos ingresos apenas cubrirán la mitad de los costes, algo inevitable hoy en día. Perderé lo que no tengo y me faltará dinero para cubrir las necesidades de mi esposa impedida, y ya no podré afrontar mis gastos personales ni el pasaje de mi hijo a bordo del barco en el que pronto partirá». Estos pensamientos me

música.-5999.-Kaare Espolin Johnson.-.-Noruega.-1953

estremecieron, y tiré la pluma sobre el escritorio, pensando: «¿Y qué? ¡Mañana la habré olvidado!» Esa noche la sinfonía volvió a aparecer y resonó obstinada en mi cabeza. Oí el Allegro en La menor con bastante claridad. Más aún, me pareció verlo escrito. Me desperté en un estado de excitación febril. Me canté el tema; su forma y su carácter me complacieron sobremanera. Estaba a punto de

música.-99hn.-Theo van Rysselberghe.-el violinist.-1903.-colección privada

levantarme. Entonces regresaron mis pensamientos del día anterior, y me contuvieron. Permanecí inmóvil, resistiendo la tentación, aferrándome a la esperanza de que lo olvidaría. Al final me quedé dormido; y cuando volví a despertarme, todo recuerdo había desaparecido para siempre.»

música.-99drr.-Alex Alemany

Oliver Sacks en su «Musicofilia» – en donde aparecen citados estos párrafos de Berlioz – cuenta que Ravel observó que las melodías más deliciosas le llegaban en sueños, y Stravinski dijo casi lo mismo. Sobre lo onírico y sus relaciones con la creación se han escrito numerosas páginas. Maurice Blanchot en «El espacio literario» afirma que «el sueño es el despertar de lo interminable. De ahí que el sueño parezca hacer surgir, dentro de cada uno, al ser de los primeros tiempos, y no sólo al niño, sino más allá, lo más lejano, lo mítico, el vacío y la vaguedad de lo anterior.»

(Imágenes.- 1.- Claude Weisbuch.-1927/ 2.-Eduard Wiiralt/ 3.-Ramón Casas.-retrato del violonchelista Gálvez/ 4.- Kaare Espolin.-1953.-Galeria Bodogaard/5.-Theo van Rysselberghe.-1903.-colección privada/6-.Alex Alemany-Maroon)

EL MANDARÍN MARAVILLOSO

El mandarín maravilloso de Bela Bartók eleva en su soledad blanca los trazos negros y afilados de pies y manos, los saltos de las sombras, el perfil de la danza, el ritmo y sus desviaciones sincopadas. El mandarín maravilloso bailará entre los ángulos hirientes de la coreografía, entre la geometría de los signos, entre el vuelo violento de las capas, los movimientos del conflicto y el contraluz de muñecas, piernas y brazos. El bailarín maravilloso estará de pronto invadido de colores y alejará y acercará los rostros ante un espejo invisible enmarcado en la gran expresión orquestal.

Sucederá esto en 1919. Casi veinte años después, en 1936, el mandarín maravilloso dará paso a una fantasía sonora, sólida arquitectura de la «Música para cuerda, percusión y celesta«. Arpa, piano, timbales y tantos otros instrumentos se fundirán en unidad extraordinaria y en fascinante y dinámica  disposición. «A  menudo se viaja con él sobre las aguas negras de un río subterráneo – dirá Julien Green en su «Diario» al hablar de esta obra de Bartók -, pero hay también sobre las aguas el resplandor de los fuegos de Bengala y por encima de nuestras cabezas la bóveda de una belleza mágica; también podemos sentirnos en un templo plenamente sonoro con el ruido de los gongs, en medio de una jungla donde la fieras rugieran sordamente en la noche».

«Que mis exequias – dirá Bartók en su proyecto de testamento – se celebren lo más sencillamente posible. Si por casualidad, después de mi muerte, quiere darse mi nombre o erigirse un monumento en mi honor en una plaza pública, he aquí cuáles son mis deseos: en tanto que las plazas de Budapest antiguamente llamadas Plaza Oktogon y Plaza Eorönd lleven los nombres de estos hombres (léase Mussolini e Hitler), en tanto que haya en Hungría una plaza o una calle con esos dos nombres, yo deseo que no haya en el país ninguna calle, ninguna plaza ni un monumento público que lleve mi nombre y que ninguna placa conmemorativa sea colocada en lugar público«.

«Nuestra situación empeora de día en día – escribirá desde Estados Unidos el gran compositor meses antes de morir -. Nunca en mi vida, desde que me gano el pan, me he visto en una situación tan terrible. Mi mujer lo soporta todo heroicamente. Hasta ahora habíamos tenido gratis dos pianos. Pero acabo de recibir el aviso de que se van a llevar uno. Naturalmente, no tenemos dinero para alquilar un segundo piano. Por lo tanto, no tendremos posibilidad de estudiar las obras para dos pianos. Y cada mes recibo un golpe por el estilo. Me rompo la cabeza preguntándome qué me va a ocurrir el mes que viene…».

«Es la hora de la séptima puerta…», le dirá al fin a un visitante el 26 de septiembre de 1945 en el West- Side Hospital de Nueva York.

Allí es donde murió.

(Imágenes: videos.-1.-«El mandarín maravilloso» (1919).-Angers Nantes Opéra Au Theâtre Le Quai/ 2.-«Música para instrumentos de cuerda, percusión y celesta»(1936).-Filarmónica de Berlín, dirigida por Pierre Boulez/ 3.-«Sonata para violín solo»(1944), por Ivry Gitlis)