SOBRE LA OBRA ENSAYÍSTICA

 

libros- nnhu- Felix Mendelsohn

La obra ensayística de José Julio Perlado

Por Antonio Ayuso Pérez

(Antonio Ayuso, colaborador del Instituto Cervantes, ha publicado en el día de hoy en la Revista «Rinconete», del Instituto Cervantes, el siguiente artículo que aquí reproduzco.

Tanto al autor, como al Instituto Cervantes, vaya mi agradecimiento por la amable deferencia que han tenido conmigo):

Al escritor José Julio Perlado (Madrid, 1936) le gusta recordar a Gregorio Marañón, que se definía a sí mismo como «trapero del tiempo», cuando se le pregunta por su prolífica vida. Durante años ha compaginado su oficio de periodista y profesor universitario con la escritura y la creación literaria. Como periodista, ha sido corresponsal en Roma de Diario de Barcelona y Madrid(1963-1965) y en París de ABC (1968-1970), redactor jefe de La Estafeta Literaria y director de las revistas Crítica y Momento. Como profesor, durante treinta años ha dado clases a los alumnos de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, lo que le ha convertido en «maestro de periodistas». En la actualidad, y desde 2007, escribe el blog cultural Mi Siglo.

Pero es su faceta de escritor la que queremos traer a colación en este artículo. Su vocación literaria le viene de su abuelo, el autor José Ortiz de Pinedo, con el que compartió el amor por la cultura, los escritores y la conversación. Hasta el momento, Perlado ha cultivado principalmente la narrativa y el ensayo. Entre sus novelas, destacan El viento que atraviesa (1968), Contramuerte (1984) —con la que ganó el Premio de Novela Ateneo de Santander—, Lágrimas negras(1996) y Mi abuelo, el Premio Nobel(2011). También le interesa el género del cuento, y a lo largo de los años ha escrito relatos breves aparecidos en diferentes publicaciones. Asímismo, es autor de los ensayos La muerte en la obra literaria de José Gutiérrez Solana (inédito), Diálogos con la cultura (1995), El ojo y la palabra(2003), El artículo literario y periodístico(2007), París, mayo 1968 (2008) y El proceso creador (2013).

 

flores-nnui- libros- Auguste Herbin

 

Vamos a centrar este breve artículo en los principales temas de la obra ensayística escrita hasta ahora por José Julio Perlado pues, creemos, podrán ayudar al lector a la hora de acercarse a cualquiera de sus libros. Por otra parte, muchos de estos motivos temáticos vertebran y explican las obras de ficción de nuestro escritor.

La cultura es uno de los temas principales en todos sus ensayos. En Diálogos con la cultura Perlado nos confiesa: «A la cultura se va por impulso que sin duda nace en la primera juventud, es arropado por lecturas incesantes y orientado por indefinibles brújulas; la cultura está por encima de los hombres, nombres y apellidos». El amor a la cultura le impele a escribir, tras reflexionar sobre el mundo y formularse las grandes preguntas, de ahí su importancia. Por eso afirma en la misma obra: «la respiración de la cultura […] crea e interroga al mundo. Interroga a los que pasan a su alrededor y se interroga a sí misma. El periodista no ha hecho sino preguntar a quienes se preguntan».

 

libros-nngu-flores- Henri Matisse

 

 

El proceso creador en todas las manifestaciones artísticas y, en concreto, la creación literaria son motivos temáticos constantes en sus libros. ¿Cómo crean los grandes hombres de la cultura? ¿Cómo surgen sus obras? ¿Cuál es el proceso para escribir? Perlado se refiere a la tradicional inspiración pero no olvida el esfuerzo creador, que es más importante, o también la atención, fruto de la cual surge el trabajo y, por él, la obra artística. Para Perlado lo esencial en el creador es la mirada, y llegamos aquí a otra de sus grandes preocupaciones: hay que saber mirar la realidad para descubrirla. «Lo esencial es mirar,aprender a mirar», nos dice en El ojo y la palabra. Para ello, es importante la curiosidad y el asombro que nos harán ver con detalle la vida. Tras la mirada, los artistas, con el esfuerzo creador, «construyen otra realidad».

 

libros-nuii-flores- Paul Signac

 

Los temas de la belleza y la verdad son centrales en la obra de Perlado. Para nuestro autor, el creador y el escritor se acercan al mundo y le interrogan para descubrir su belleza que, una vez vislumbrada, e imitando lo inimitable, procurarán transmitir a sus obras. «Esa contemplación del escritor caminando despacio por los verdes resplandores de la Belleza es la que le lleva a asombrarse y a escribir unos textos en los que intenta descubrir al lector qué riqueza de matices guarda la Creación». Según leemos en El artículo literario y periodístico, el poder del escritor estriba en transmitir la verdad al lector. «Bastante poder tiene con contar siempre la verdad. Y añadirle a la verdad el ser contada con belleza». Y, para ello, cuenta con el diálogo y el amor como herramientas. El diálogo como apertura al otro, es decir, «ser una búsqueda, un asomarse a lo interior, ese “querer ir más allá” en las personas». Y el amor porque «nada que no se haga con amor puede quedar bien».

A través de la obra ensayística de José Julio Perlado nos hemos acercado a las grandes preocupaciones de un escritor que podemos calificar de humanista en su deseo de transmitir valores universales a sus lectores como la cultura, la belleza o la verdad, en un mundo que considera necesitado de ellos. Su obra es un permanente diálogo de amor con el mundo y los lectores, y estamos convencidos de que todavía seguirá brindándonos nuevas creaciones.

 

flores-tbww -libros-Pierre Auguste Renoir

 

(Imágenes.- 1.-Mendelsohn/ 2.- Auguste Herbin/ 3.-Henri Matisse/ 4.-Paul Signac/ 5.-Pierre Auguste Renoir)

VIEJO MADRID (31) : INCIDENTES DE VALLE – INCLÁN

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De Valle- Inclán he hablado varias veces en Mi Siglo. Pero cuando paseo ahora por Madrid y me detengo a fotografiar la fina estatua del escritor en el Paseo de Recoletos, casi enfrente a la Biblioteca Nacional y a dos pasos del «Café Gijón«, me llegan los ecos de sus palabras el 28 de diciembre de 1927 reogidas en el «Heraldo de Madrid«. Aquella mañana en la Audiencia había comenzado la vista de la causa instruida contra Don Ramón por un jaleo que suscitó en el teatro Fontalba durante el estreno de «El hijo del diablo» de Joaquín Montaner.

Cama,.6hh,-.Pérez de Ayala, Valle Inclán, Juan Belmonte.-elpais com

«El presidente – así lo cuenta «El Heraldo de Madrid» – se dirige al señor Valle- Inclán y le ordena:

– ¡Levántese, procesado!

Valle- Inclán, que se acaricia suavemente la barba con su única mano, responde sin moverse:

– Estoy bien así.

Se producen murmullos entre el público, y el presidente, agitando la campanilla, exclama:

– Procesado. ¡Levántese! ¡ Se lo ordeno!

El defensor interviene:

– El  procesado padece una crisis reumática…

– ¡No! ¡No! – le interrumpe airadamente el señor Valle – Inclán -¡No! ¡Falsedades, no! ¡Yo no soy un golilla para decir embustes! No tengo reúma. Lo que pasa es que no me parece bien levantarme…

(…) Más adelante, continúa el interrogatorio.

– ¿Cómo se llama usted?

– ¿Y usted?

El público ríe a carcajadas y el presidente golpea fuertemente la mesa con la campanilla.

– ¡Procesado!

– Compréndalo – dice sonriendo el procesado -, compréndalo. Es menos absurdo que le pregunte yo a usted cómo se llama que no que usted me lo pregunte a mí.

El señor Valle-Inclán, indicando con un ademán al público, añade:

– Todos estos señores conocen perfectamente mi nombre, y, en cambio, el de usted estoy seguro que…

– ¡Orden! ¡Orden!.»

escritores.-rtbn.-Valle Inclán.- con Josefina Blanco y una de sus hijas

Si esto es auténtico y quedó recogido en los periódicos, la mezcla de anécdotas verídicas y anécdotas apócrifas que Gómez de la Serna quiso utilizar en su biografía de Valle queda vertida en este otro episodio.

Muy cercano el ascenso al poder del general Primo de Rivera, a Valle se le impuso una multa de 250 pesetas por escándalo público en el Palacio de la Música. Cuenta Gómez de la Serna que muy de mañana apareció la policía en su casa.

«Don Ramón, que casi se acababa de acostar, comenzó a gritar desde la cama:

– ¡ Que se vayan!… Éstas no son horas de detener a nadie…

Los agentes insistieron y entonces don Ramón les gritó:

– Necesito que me traigan un mandamiento judicial, y además yo me levanto más tarde.

Los agentes fueron a pedir nuevas órdenes y el mandamiento apetecido, volviendo al poco rato con el papel sellado y con la orden de levantarle, vestirle y llevárselo.

Don Ramón leyó el papel y oyó las órdenes del ministro:

– Bien; por de pronto, yo no me muevo de la cama…, pueden ustedes venir cuando me levante, y agreguen a ese tiempo las dos horas de sueño que me han quitado.

Los policías aguardaron un largo rato y por fin entraron en la alcoba dispuestos a todo.

– Bueno… Vístanme… Ya lo ha dicho su jefe.

Los policías comenzaron a ponerle los calcetines, pero Valle, impaciente, exclamó:

– Basta, basta… Seguiré vistiéndome yo… Como acto de fuerza ya está bien.

(…) Pronto estuvo vestido, hizo un paquete con libros y muchas cuartillas, «para escribir el Quijote en la cárcel», y salió para el juzgado.

Allí el juez le preguntó formulariamente:

– ¿Cómo se llama usted?

– ¡ Que cómo me llamo yo! – gritó don Ramón – ¡Habráse visto insolencia parecida…! El que no sabe cómo se llama usted soy yo.

Entonces el juez, irritado, no le perdonó ninguna de las preguntas rituales:

– ¿Su profesión?

– Escritor. ¿No lo sabía usted?

– ¿Sabe leer y escribir?

– No.

-Me extraña la respuesta – dijo el juez con sorna.

– Pues más me extraña a mí la pregunta… Y ya no voy a responder más… Mande llamar a sus esbirros y que me den tormento.

El juez sonrió y acortó el acta mandándole a la cárcel, donde don Ramón estuvo quince días exactos.»

escritores.-bimnm.-Valle Inclán.-cervantes

(Imágenes:- 1.-estatua de Valle- Inclán en Madrid.-paseo de Recoletos.- foto JJP.-13 abril 2013/2.-Valle-Inclán junto a Ramón Pérez de Ayla y Juan Belmonte.-elpaís. com/ 3.-Valle- Inclán junto a su mujer y su hija Concha en el salón de su casa/4.-Valle-Inclán.-Centro Virtual Cervantes)

SERENIDAD

«Serenidad, tú para el muerto,

que yo estoy vivo y pido lucha.

Otros hombres habrá que deseen:

ésos no saben lo que buscan.

Si se durmieran nuestras almas,

si las tuviéramos maduradas

para mirar inconmovibles,

para aceptar sin amargura,

para no ver la vida en torno

apasionadamente nunca,

duros y fríos, como piedra

que sopla el viento y no la muda…

Almas claras. Ojos despiertos.

Oídos llenos de música

del dolor. Los dedos felices,

aunque los hieran las agudas

espinas. Todo el sabor agrio

de la vida, en la lengua.

«Nunca

podrás mojar tu pie en el río

en que ayer lo mojaste. Busca

la eternidad, vive en la alta

contemplación de su figura».


Palabrería de los libros

de la que deja el alma turbia.

Serenidad que se nos vende

por librarnos de la tortura,

por llenarnos de sueño el alma,

y rodeárnosla de bruma.

Serenidad, tú para el muerto.

El hombre es hombre, y no le asusta

saber que el viento que hoy canta

no volverá a cantarle nunca.

Serenidad, no te me entregues

ni te des nunca,

aunque te pida de rodillas

que me liberes de mi angustia.

Será que vivo sin saberlo

o que deserto de la lucha.

Tú no me escuches, no me eleves

hasta tu cumbre de luz única.

Palabrería de los libros

de la que deja el alma turbia.

Yo también me hago un poco libro,

Me duermo el alma…

Luz difusa

La madrugada se desgaja

agria y azul, como una fruta.

Cantan los niños a lo lejos.

Un niño llora. Las desnudas

mujeres y hombres silenciosos

salen despacio de las últimas

sombras. Los pájaros me esperan.

Se alzan las olas. (Me preguntan

por qué.)  Campanas… (Ayer niebla,

hoy claro sol y luego lluvia…)

¿Por qué? Las hojas se estremecen…

Voy inundándome de música».

José Hierro: «Serenidad» (Lectura de madrugada) «.-«Tierra sin nosotros«.-1947

(Imágenes:- 1.- Pedro Iltsted.– oilpainting- frame.com/ 2.-Winslow Homer.-1877)