VERANO 2018 ( 4 ) : ELOGIO DE LA SARDINA

 

 

«Una sardina, una sola es todo el mar, a pesar de lo cual yo recomendaré  – comentaba Julio Camba en «La casa de Lúculo o el arte de comer» –  que no se coma nunca menos de una docena; pero vea cómo las come, dónde las come y con quién las come (…) Las mejores sardinas, en opinión de Pepe Roig, el boticario de Villanueva de Arosa, son las del jeito, un arte catalana que se introdujo en Galicia durante el reinado de Carlos lll, y contra la que protestaron todos los mareantes del litoral (…)  Considero inútil advertir que las sardinas asadas no deben comerse nunca con tenedor. El tenedor dislacera de un modo brutal las carnes de la sardina y, aunque sea de plata, altera sus preciosas esencias.  Nada de tenedor, por tanto. Esa invención italiana, especie de mano artificial, sirve para ahorrar la natural cuando se trata de una comida mediocre; pero en las grandes ocasiones no hay que andarse con remilgos. Coja usted la sardina con los dedos, colóquela encima de un cachuelo y siga esta regla de oro: para cada cachuelo una sardina y para cada sardina un vaso de vino.

Y si después de haberse tomado una docena de vasos de vino con una docena de cachuelos y una docena de sardinas no está usted satisfecho, tómese usted una docena más, pero no cometa el error de tomar otra cosa; en primer lugar, porque habrá usted tomado un alimento completo, y, en segundo lugar, porque todo seguirá sabiéndole a usted a sardinas, como todo seguirá sabiéndole a sardinas por la noche y todo seguirá sabiéndole a sardinas al día siguiente. Las sardinas asadas saben muy bien, pero saben demasiado tiempo. Después de comerlas uno tiene la sensación de haberse envilecido para toda la vida. El remordimiento y la vergüenza no nos abandonará ya ni un momento y todos los perfumes  de la Arabia serán insuficientes para purificar nuestras manos».

 

 

(Imágenes -: sardinas – turismodevigo)

VIEJO MADRID ( 39) : RÍO MANZANARES

Manzanares-fgh- Aureliano de Beruete- orillas del Manzanares- Museo del Prado

En más de una ocasión he hablado aquí del Manzanares. Pero cuando se lee a José María Cuadrado en sus «Recuerdos y bellezas de España» (Consejo de Investigaciones Científicas), el río parece cobrar nueva vida e historia :»Al oeste de Madrid – nos va diciendo Cuadrado en el siglo XlX – corre un río de caudal tan escaso como sonora nombradía, y con todo es increíble la amenidad y provecho que derrama por aquel lado. El terreno quebrado en pintorescas ondulaciones, los sotos cubiertos de arboleda, el serpear de las aguas, los húmedos vapores dorados a la caída del sol, frecuentes huertas y casitas aparecen a la izquierda entre los corpulentos troncos del paseo de la Florida desde la puerta de San Vicente hasta más allá de la linda ermita de San Antonio. Más sombría e impenetrable casi a los rayos solares sobre la margen del mismo río, ensánchase en varias calles la alameda de la Virgen del Puerto; sitios frondosísimos, abandonados habitualmente a las lavanderas, y en los días festivos a las meriendas del vulgo.

Manzanares-fgj- Aureliano de Beruete- Museo del Prado

(…) En los siglo XVl y XVll, las orillas y deleitosa vega del río atraían con preferencia la flor y nata de la corte, las justas y cabalgatas, las cenas y bailes, las citas y galanteos y demás incidentes fielmente retratados en las comedias de entonces. Allí, en la mañana de San Juan bajaban las damas a coger el trébol, allí se acampaba todo un pueblo en las noches de verbena. (…) Una sola vez al año ve todavía el Manzanares al vecindario en masa atravesar el puente de Segovia y trasladarse a la ermita erigida a San Isidro sobre una altura por la esposa de Carlos V, y en 1724 renovada: confúndense allí en un común movimiento y alegría

Madrid-fgh-José María Avrial y Flores- Madrid desde la casa de Campo

las clases todas y condiciones sociales, y de la fusión de tantos y tan variados matices resulta el carácter original de la romería del 15 de mayo. Superando aquellos cerros hacia la izquierda, están los lugares que han usurpado a las riberas del río con notable desventaja el privilegio de divertir a los madrileños. (…) Sigue el Manzanares su curso hacia mediodía alejándose de la población, no sin tropezar antes con otro grandioso puente también de nueve arcos, reedificado en 1735 (…) Desde el puente de Toledo desangra el río un hondo canal abierto bajo los benéficos auspicios de Carlos lll, que por espacio de tres leguas conduce sus aguas hasta muy cerca de su confluente con el Jarama a la sombra de álamos y moreras, reflejando a trechos en su quieta superficie los puentes, esclusas y molinos. Junto al embarcadero corre por sus orillas un dilatado cuanto frondoso paseo, cuyos dos extremos enlazan con la puerta de Atocha, formando triángulo, las pobladas alamedas de las Delicias alineadas en tres calles y cortadas por circulares plazoletas.»

Manzanares-rfg-Goya-baile a orllas del Manzanares- 1777- museo del Prado

El Manzanares atrajo a grandes pintoresGoya pinta «El baile a orillas del río Manzanares» en 1777, segundo cartón de la serie que se le encargó para el comedor de los príncipes de Asturias del palacio del Pardo. Danzan majos y majas armoniosamente a orillas del río y en la lejanía se ve la cúpula de la iglesia de San Francisco el Grande, recientemente concluida. Pinceladas fluidas y colorido brillante, relatan los expertos. Arte ligero que a Goya le gusta. 

Manzanares.fgh-Goya.Pradera de San Isidro- museo del Prado

También las orillas del Manzanares aparecen en «La pradera de San Isidro«, de 1788, boceto de Goya para uno de los cartones de tapices destinados a decorar el dormitorio de los infantes en el palacio del Pardo, boceto realizado de un tirón: vibra en el aire leve el mes de mayo y la hormigueante multitud de personajes festeja a su santo patrón.

Viejo Manzanares y viejo Madrid, cantado tantas veces por historiadores, pintores y poetas.

(Imágenes:- 1.- orillas del Manzanares.- Aureliano de Beruete.-Museo del Prado/ 2.-el río Manzanares.- Aureliano de Beruete.- Museo del Prado/ 3.-Madrid desde la Casa de Campo.-José María Avrial y Flores/ 4.- «El baile a orillas del Manzanares».-1777.- Francisco de Goya.- Museo del Prado/ 4.-«La pradera de San Isidro».-1788.-Francisco de Goya.- Museo del Prado)

VIEJO MADRID (35) : BUEN SUCESO Y LA PUERTA DEL SOL

Madrid.-t5gg6.-iglesia del Buen Suceso

«Llegada la reina doña Ana cerca del monasterio de Nuestra Señora de la Victoria, que es de frailes de la orden de los mínimos, junto al hospital Real de esta corte  – cuenta Juan López de Hoyos en 1570 – se le ofreció un arco exquisitamente fabricado y medianamente elegido… Este se fabricó en un lugar harto espacioso, que llaman la Puerta del Sol; esta tuvo este nombre por dos razones; la primera porque está ella a Oriente, y en naciendo el sol, parece ilustrar y esparcir sus rayos por aquel espacio; la segunda porque cuando en España hubo aquellos alborotos, que comunmente llaman las Comunidades, este pueblo, por tener guardado su término de los bandoleros y comuneros, hizo un foso en contorno de toda esta parte del pueblo y fabricó un castillo, en el cual pusieron un sol encima de la puerta, que era el común tránsito y entrada de Madrid

Recoge esto Mesonero Romanos en «El antiguo Madrid« recordando que estas palabras pertenecen a uno de los libros más antiguos – «Enfermedad, tránsito y exequias de la reina doña  Isabel de Valois y del recibimiento de la reina doña Ana de Austria» – que se conservan de los impresos referentes a la capital. «Esta es, pues, la primera noticia escrita dice Mesonero – que encontramos de este sitio en los historiadores matritenses, y la primera vez también que hallamos estampado el poético nombre que, a pesar de haber desaparecido su objeto, y del transcurso de los siglos, le quedó para siempre vinculado.»

Madrid.-t55vvb.-Hospital del Buen Suceso según grabado del siglo XlX

Aparece ahí la Puerta del Sol, y dentro de la historia de la Puerta del Sol, este Hospital del Buen Suceso que en estos días es noticia. Fundado en 1529 por Carlos V – así lo evocan los historiadores, entre ellos Pedro Felipe Monlau en su «Madrid en la mano» – se estableció en unas casas que mandó construir y el objeto de su fundación» fue curar a los soldados y criados suyos que siguiesen la corte. En el día de hoy  sirve para los criados y tropa de la casa real; para hacer la primera cura a cuantos heridos se presentan; y para dar consultas médicas gratuitas todos los días a los enfermos pobres.»

Pero las ciudades tienen su propia voz, o al menos la suelen prestar a los cronistas, y estos toman la voz de las ciudades – y modulando las de las plazas y las calles – van narrando  su historia. En la «Autobiografía de Madrid», de Federico Carlos Sainz de Robles, la Puerta del Sol habla de sus vicisitudes y sus cambios: «Mi primitiva Puerta del Sol cuenta la misma 

Madrid-5ffb.-iglesia del Buen Suceso.- archivo Luis Paret y Alcázar.-wikipedia

ciudad de Madrid  – fue derribada hacia 1579. Sin embargo, la gran plaza en cuyo centro estaba emplazada siguió siendo conocida entre mis habitantes con aquel nombre sonoro y poético. Alrededor de la puerta, cuya forma era casi la de un trapecio, se levantaron numerosas casuchas, en su mayoría de una sola planta. Para que ustedes se den una idea de la insignificancia de tales edificios, les diré que cuando don Carlos lll quiso construir  la casa de Correos – hasta hace poco Ministerio de la Gobernación -, ¡necesitó treinta y nueve solares de ellas!. Todas estas casuchas, diminutas y feísimas, destartaladas, con uno o dos balcones por piso, las ocupaban tiendas de ínfima categoría: bodegones, ferreterías, cererías, traperías, cacharrerías… Los bodegones de la Puerta del Sol eran los más buscados por las meretrices, los soldados sin soldada y los pícaros y tahúres, quienes armaban en ellos, cada hora y me quedo corto, truculentos escándalos. Por el centro de la plaza tomaban el sol, lo más barato de tomar, gentes de mal aparentar y de peor vivir. Y como este centro quedaba ahondado en relación con los edificios circundantes, tan pronto como caían cuatro gotas convertíase ya en una laguna, ya en un pantano de mucha consideración, en la que se cogían renacuajos y paludismos. El sol era el único encargado de desecarlos y de sanear el ambiente. Y entre el camino de Alcalá y la Carrera de San Jerónimo se alzaba la iglesia del Buen Suceso, precedida de una pequeña lonja o atrio enrejado delante de su puerta, y contigua al Hospital Real

Y así va Madrid comentando y rememorando episodios de su biografía…

(Imágenes: 1- Iglesia del Buen Suceso/ 2.-Hospital del Buen Suceso.-según un grabado del siglo XlX/3.-iglesia del Buen Suceso.-archivo Luis Paret y Alcázar.-wikipedia)

OTOÑO EN EL PARDO

«Contra el macizo negro y plata de Guadarrama, que asoma imponente, mina de hierro, entre sus nubes grandes, al fin del río, el agua gris viene al puente viejo, entre chopos deshojados, que aún conservan un festón amarillo.

El terreno bello, lomeado, hace un oleaje de verdeazul y sombras negras, y por las negras encinas sin bellotas, andan los cuervos negros.

El dramatismo de El Pardo no es nada ascético, como se ha dicho tanto, ni nada místico. Su trájico es sano, su fatídico saludable y con quien debiera concertar mejor que con Felipe ll, Felipe lV y Carlos lV, es con Carlos lll.

El Pardo se ha aconsejado como sanatorio. Sí, es sanatorio de sanos, concentrador de dispersos, arraigador de volubles, pedazo ejemplar de esta gran España otra – ¡ qué lejos de ésta! – con su Guadarrama de hierro y plata, sus encinas de hierro y fecundidad y su sueño de hierro y vida».

Juan Ramón Jiménez: «Otoño en El Pardo» («Madrid posible e imposible»)

(Imágenes:- 1.- Mary Cassatt.-1880/ 2.- Lynn Geesaman-.-parq de Scaux.-France.-1997)

VIEJO MADRID (26) : VOCES DE LA PLAZA DE ORIENTE

Me detengo ante esta puerta del Palacio Real y oigo la voz de los historiadores: “Nacimientos, bautizos, bodas y muertes de Reyes y Príncipes, levantamiento contra los franceses; visita de Napoleón a su hermano el Rey José; restauración fernandina; baile de las Constituciones; camarillas, ecos de revueltas populares; una dinastía – la de Saboya – que dura dos años; Alfonso Xll, la Regencia; “turno pacífico” de partidos; guerras coloniales; crisis y componendas; Marruecos; guerra mundial; Dictadura…España entera ha vivido doscientos años pendiente de lo que en este Palacio hubo de decidirse». Es la voz pausada de Sánchez Cantón que marcha conmigo, que pasea conmigo, voz que va pisando luces y sombras, que contempla cerrados vemtanales.

«En la Nochebuena de 1734 – me sigue recordando la voz – se inició un incendio que destruyó el Alcazar de los Austrias. El 6 de abril de 1738 se puso la primera piedra del Palacio Nuevo. El 1 de diciembre de 1764 durmió en él por primera vez un Rey – Carlos lll -.El 14 de abril de 1931, al caer la tarde, salió de aquí, camino del destierro, Alfonso Xlll

Luego la voz da una vuelta conmigo por la esquina del tiempo y el tiempo me trae carruajes de memoria, explanadas antiguas, piedras venerables. Hay una palidez amarilla en el cielo de Madrid porque estamos ya en un febrero perpetuo, uno de esos febreros de fina lámina cubriendo tejados y columnas, ocultando casi la ciudad.


Camino luego siguiendo a esta otra voz que viene, y cuando ella se detiene ante las estatuas reconozco la voz de RAMÓN desde el fondo de  la greguería, inventando la historia de los Reyes: «Era un día de fiesta interior y los Reyes de la Plaza de Orienteme dice Gómez de la Serna – se habían puesto sobre su capa de piedra un manto de armiño que los borraba bajo la borrada tierra, todos reyes armiñados, todos nada, todos sólo lo que de inmortal tiene el corazón recóndito de España». Y sigue Ramón hablándome desde su novela «Las tres gracias«: «A la de Santiago sí bajaban varios días, porque era la de su barrio y los reyes de piedra se ponían alegres y a veces se prestaban a que les pasasen un alambre por el cuello para sostener las grandes bombillas de la fiesta» .

Verbenas, fiestas, silencios, el viento cubriendo febrero y la Plaza que nos abandona…

(Imágenes: 1 y 3.-Palacio Real y Plaza de Oriente.-febrero 2011.-fotos JJP/2.-Palacio Real en 1887.-.Archivo fotográfico de la Comunidad de Madrid.–donado por Santiago Saavedra)

VIEJO MADRID (12) : CALLE DEL ARENAL

Cuando me detengo ante los libros callejeros en esta madrileña calle del Arenal viene desde el desmonte del tiempo el erial arenoso que por aquí se hallaba, al llegar al barranco de la Zarza – como cuenta Répide -, donde se formó luego la calle de este nombre, ya junto a la Puerta del Sol.:»Terraplenada la calle –dice el cronista – con tierra de los desmontes de los lugares donde se hicieron la calle de Jacometrezo y otras cercanas, todavía por la parte de los Caños, donde ahora es la plazuela de Isabel ll, quedó un desnivel tan enorme que venía a estar a la altura de la parte honda de la calle de la Escalinata«.

Por este arenal de siglos, antiguo barrio donde vivían los cristianos en tiempo de dominación árabe, he venido despacio, desde Escalinata, hasta este rincón de páginas al aire libre, a pasar hojas de autores que duermen a resguardo de inclemencias bajo este curioso tejadillo.

Pero cuando paso las hojas de la Historia me llega también desde otra vecina calle paralela la algarabía y vítores entre estandartes mientras entra en Madrid con toda pompa Carlos lll. Es una distracción de Historia, hojas que pasan, calles que van hablando. Todas las ciudades tienen esto, recibimientos y desplantes, desgracias y aplausos, soledad y gentío. Ahora es el ornato de balcones engalanados que pintara Lorenzo Quirós cuando el 13 de julio de 1760 entra el monarca entre festejos y panegíricos desde la Plazuela de las Descalzas, Plazuela de la Villa y Plaza Mayor hasta la explanada frente al Palacio del Buen Retiro.

Fueron dos semanas de festejos, quince días evocados con el ceremonial de rigor, dos millones doscientos mil reales gastados para celebrar la entrada. La ciudad recibía a quien luego sería llamado el mejor alcalde de Madrid. Templetes, hornacinas, tapices, cada calle quiso tener su arco. En el arco de Carretas se pusieron columnas, medallones con relieves, banderas plegadas. El día 15 se lidiaron y picaron a vara larga doce toros en la Plaza Mayor; cuatro caballeros, vestidos de librea en colores verde, azul, pajizo y rojo, seguidos cada uno de cien lacayos, rejonearon dieciocho toros más. Pero esto son estampas del XVlll, apenas una distracción, páginas pasadas, luminosas hojas volanderas. Yo no estoy esta mañana en aquel siglo ni tampoco en la vecina calle Mayor sino en la del Arenal y en el XXl, y mientras sigo avanzando músicas y personajes me llaman ahora desde la esquina con otros ritmos.

Me quedo escuchando a estos músicos ambulantes, a estas orquestas espontáneas, estas improvisadas melodías, acompañamiento vocacional, enamorado, -y  también pedigüeño – de nuestro tiempo.

(Imágenes:- 1.-librería de viejo en la calle del Arenal.-1o de abril de 2010.-foto JJP/ 2.-Lorenzo Quirós.-Ornatos de la calle Platerías (calle Mayor) con motivo de la entrada de Carlos lll en Madrid.-Museo de la Historia/3.-músicos en la calle del Arenal.-10 de abril de 2010.-foto JJP)