VILLANCICOS ESPAÑOLES (1).- NAVIDAD 2012 (1)

dibujos.-54f.-grabados.-La Ilustración Española y Americana,.1897.-villancicos.-dibujo de Muñoz Lucena Diciembre avanza siempre entre sones de villancicos y copio aquí algunas anotaciones que sobre ellos publiqué en un artículo para Alenarterevista:

«Es en pleno siglo XV – algo posterior a 1445 – cuando aparece en nuestras letras el marqués de Santillana como presunto autor de una composición titulada “villancico que hizo a unas  tres hijas suyas“. Es muy probable que en ese momento naciera el nombre de villancico y si avanzamos en el siglo XVl ya este término  está de moda y consagrado definitivamente, empleándose para encabezar una composición que antes no recibía tal  nombre.

No nos referimos aquí al villancico navideño, ni tampoco a los villancicos religiosos o a las tonadillas o tonadas escénicas. En el “Cancionero de Herberay – entre 1461 y 1464 -aparece una composición anónima encabezada con el nombre de “villancico” que empieza así: La niña gritillos dar no es de maravillar. Mucho grita la cuitada con la voz desmesurada por se ver asalteada: non es de maravillar. La Ilustración española y ameicana.-Plácido Francés.-una Fiesta pastoril del siglo XVll.-La Ilustración Española y Americana A mediados del siglo XV se despierta en las cortes de Aragón, Navarra y Castilla el interés por las canciones populares. Se ha dicho que es muy posible que en la Corte de Alfonso V en Nápoles sea el lugar donde primero se disfrute la nueva moda. La afición por la canción popular pasaría pronto a Castilla, y aquí se consagra el nombre de villancico“.

Y ese gusto por la canción popular se manifestará en tres direcciones: en primer lugar, la lírica popularizante: (“¡Ay, triste, que vengo vencido d´amor, maguera pastor! (…) Sin dar yo tras ella no cuido ser vivo, pues que por querella de mí soy esquivo, y estoy muy cativo vencido d´amor, maguera pastor”) (Cancionero de Juan del Encina)

En segundo lugar, el uso de una cancioncilla tradicional seguida de una glosa cortés: (“Tres morillas me enamoran en Jaén: Axa y Fátima y Marién. Tres morillas tan garridas iban a coger olivas, y hallábanlas cogidas en Jaén: Axa y Fátima y Marién. Y hallábanlas cogidas, y tornaban desmaídas y las colores perdidas, en Jaén: Axa y Fátima y Marién.(Cancionero Musical de Palacio)

Y en tercer lugar, el llamado “villancico cortés”, el culto, que alcanza gran éxito y se cultiva extraordinariamente. La Ilustración española y americana.-1891.-Villancicos en Navidad.-Córdoba Los villancicos a lo largo de la historia han ido recogiendo principalmente temas amorosos (de quejas e insomnios), pero también han tratado  asuntos referidos a fiestas, como pueden ser los Mayos y el día de San Juan, bodas, bautizos, viajes, trabajos (villancicos sobre espigadoras, vareadoras, panaderas, molineras), pregones y juegos de rondas múltiples: Vanse mi amores; quiérenme dejar; aunque soy morena no soy de olvidar. Aunque soy morenita un poco no se me da nada, que con agua del alcanfor me lavo la cara.

El insomnio, por ejemplo – al que acabamos de referirnos – está presente en el Cancionero Musical de Palacio: Todos duermen, corazón, todos duermen y vos non. Estas noches atán largas para mí no solían ser ansí. No pueden dormir mis ojos, no pueden dormir. Los hombres siempre han cantado y el juego de las palabras ha existido siempre.

En el Romancero general se descubre: ¡Cómo se aliña la niña, madre mía, cómo se aliña! Lope de Vega en “La carbonera” escribirá: ¡Por aquí, por aquí, por allí, anda la niña en el toronjil! ¡Por aquí, por allí, por acá, anda la niña en el azahar!

Y siglos más tarde Jorge Guillén dirá en “Cántico“: ¡En el viento, por entre el viento saltar, saltar porque sí, porque sí, porque zas!».

(Son la otra cara de varios villancicos que han ido apareciendo en Mi Siglo: el villancico de las cinco vocales;  «quedito, pasito, silencio, chitón«; el «paloteado»; «¿por qué trinan las aves?«; «aserrar, aserrar, aserrar«; «¿quién podrá no amaros?»; poesías de Luis Rosales, de Unamuno, de Gerardo Diego, textos de Lope de Vega, de Luis de Góngora, de Juan del Encina, de Gómez Manrique, de Alonso de Ledesma, de Antonio Pérez Gómez, de Juan Álvarez Gato, de Fray Ambrosio Montesino, el «Diálogo de los pastores por Internet» de José Hierro, de Juan López de Ubeda, de Fray Iñigo de Mendoza, el poema «no la debemos dormir», el texto «Los tres Reyes Magos» de Lope de Vega y tantos otros.

Sí, en verdad cada Diciembre avanza siempre entre sones de villancicos. dibujos.-grabados.-4deeb.-Andrea Alciato.-Emblemata.-Padua.-Petro Paulo Tozzi.-1621 (Imágenes:- 1.- La Ilustración Española y Americana.-1897.-dibujo de Muñoz Lucena/ 2.-Plácido Francés.-Una fiesta pastotil en el siglo  XVlll.-La Ilustración Española y Americana.-1877/ 3.–villancicos en Córdoba..-La Ilustración Española y Americana.-1891/ 4.-Andrea Alciato.-Emblemata.-Padua.-Petro Paulo Tozzi.-1621)

MÚSICA DE PÁJAROS

Los mirlos componen en el aire tonadas de ritmos distintos, cantadas con leves pausas que separan cada tonada. Son  melodías muchas veces afines a la música humana, con variedad de efectos alterando la clave, invirtiendo por completo las frases musicales. El ruiseñor, por su lado, lo hace en diferentes ritmos, con una leve pausa después de cada uno, componiendo frases propias con su técnica del trino. El gran compositor Olivier Messiaen se inspiró precisamente en las voces del mirlo y del ruiseñor llevando así el peso del movimiento para clarinete solo en su «Abismo de los pájaros«. Así lo cuenta Alex Ross en el extraordinario libro «El ruido eterno» (Escuchar al siglo XX a través de su música)» (Seix Barral), y es esa música alada, entre picoteos en las ramas, la que me lleva hasta conciertos escuchados durante años en el silencio del despacho, mientras escribía. «Los pájaros han sido mis primeros y mis mayores maestros. –  explicaba  MessiaenCantan siempre en un modo determinadoNo conocen el intervalo de octava. Sus líneas melódicas recuerdan a menudo las inflexiones del canto gregoriano«. «La Naturaleza, ¡los cantos de los pájaros…!- seguía – Es ahí donde reside para mí la música. La música libre, anónima, improvisada para el placer…»

Evoca Ross que la primera demostración prolongada en la música de Messiaen a partir del perfil de melodías de pájaros llegó con su «Despertar de los pájaros«, donde se oye cantar sucesivamente a docenas de pájaros y, por otro lado, «en el «coro del amanecer», son veintinuno los que se reúnen en un caos polifónico encantador«. El compositor entregó el control de su música a fuerzas exteriores. «Estoy deseoso de perderme tras los pájaros«, exlamó. «El lenguaje opulento del «Quatuor pour la fin du temps» (1941)- sigue diciendo Rosslogra que los pájaros de Messiaen, al contrario de los pájaros en la naturaleza, graviten hacia un centro tonal. (…) La confianza en el canto de los pájaros le permitía a Messiaen recuperar la primacía de una línea cantable«.

Los pájaros siempre han sobrevolado páginas de música. En el siglo XVlll y en el XlX eran alusiones fugitivas, evocaciones pintorescas transportadas suavemente en el peso de las alas. Pero será con Messiaen cuando el «estilo pájaro» – tal como él lo llamaba – plante sus modos, timbres y ritmos sobre las ramas de la gran creación. El «Despertar de los pájaros» (1953) para gran orquesta y piano principal; los «Pájaros exóticos«(1956) para piano solo, 2 clarinetes, xilófono, pequeña orquesta de viento y percusión; el «Catálogo de pájaros«(1956-58) para piano, consagrado a los pájaros típicos de diversas provincias francesas: en el fondo siempre pájaros, pájaros cantando. Entre  imágenes y sentimientos, anidando en las ramas, bullendo y picoteando al mover la cabeza ante la primavera alborotada, ateridos o vigilantes, ahí están en el aire las canciones de la alondra, del jilguero, de la curruca de cabeza negra, notas plateadas en los árboles, canción abreviada del alfarero, crescendos y diminuendos del chorlito, música del petirrojo, del tordo, crescendo del mirlo, canción gorjeada del andahuertas, gorjeo de las currucas, trino del zarcero, inquietud en el saltamimbres, silbo en fragmentos del pinzón real, todo el siglo XX en el aire, como en el aire estará también el XXl entre montañas de largos tiempos y espacios ínfimos que recorren insectos en caravana. Toda la Naturaleza dentro del estudio de Messiaen, en el techo y en el suelo, invadida de sonidos la atmósfera. Van y vienen los pájaros en vuelo corto, flexible, apenas son curva de cántico que llega hasta el piano. Messiaen inclinado, concentrado, trabajando, los ve venir, y dice enseguida: «aquí todo es verdadero, las melodías y los ritmos del solista, las melodías y los ritmos de los vecinos, los contrapuntos de unos y de otros, las respuestas, las mezclas, los períodos de silencio, la correspondencia del canto y de la hora«.

(Imágenes.-1. foto por Richard Day.-Animals Animals.-Earth Scenes-National Geographic/ 2.-foto por Joel Sartore.-National Geographic/ 3.-cortesía Harvey Doerksen U. S. Fish and Wildife Service.-National Geographic/ 4.-foto por Michael Melford.-National Geographic)

EL FIN DEL VERANO

Estricto, pero infinito.

No acoge este mar  – ¡oh idea

de lo azul!- ningún prurito

que de tan blanco se crea

la desnudez en raudal.

Y oculta en lo azul, la sal.

¡Poder tan ágil, que a solas

con el color restituye

la unidad del mar, que huye

sin cesar bajo las olas!

Jorge Guillén, «Cántico». Aire nuestro.

EL RUISEÑOR

El ruiseñor, pavo real

facilísimo del pío,

envía su memorial

sobre la curva del río,

lejos, muy lejos, a un día

parado en su mediodía,

donde un ave carmesí,

cenit de una primavera

redonda, perfecta esfera

no responde nunca: sí.

Jorge Guillén, «Cántico».