EL ENIGMA DEL BOLSO

objetos.-8juuj.-bolso.-moda .-Museo Metropolitano de Arte.-1920

«Para empezar el día, hasta el desayuno, que se servía a las 9.30 en el comedor – anotaba en su autobiografía Consuelo Vanderbilt , duquesa de Marlborough – se exigía un vestido elegante de terciopelo o seda… Luego nos vestíamos de tweed para unirnos a la partida de caza a la hora del almuerzo, que se servía en el pabellón o en una tienda. Para tomar el té lucíamos un historiado vestido largo y después jugábamos a cartas o escuchábamos a una orquesta vienesa o música de órgano hasta la hora de la cena, cuando nos arreglábamos con satén o brocado y una profusión de joyas. Todo ello suponía un gran desembolso, pues no se podía llevar el mismo vestido dos veces. Es decir, que hacían falta dieciséis vestidos para cuatro días.»

bolsos.-rtynnh.-monedero francés con bordado de seda.-cerradura de bronce.-1750.-Bayerisches Natiobalmuseum München

Son las confesiones de la moda, su evolución, las influencias que la moda recibía. Los colores de Diáguilev, por ejemplo, marcaban una época, como cuenta Diana Vreeland, la antigua editora de la revista Vogue, al repasar su vida: » El aroma, la extravagancia, la emoción, la pasión, el bombazo, el fulgor, el estrépito…Este hombre desintegró el átomo…¡Los colores! Antes, el rojo jamás había sido rojo y el violeta jamás había sido violeta. Pero estas prendas femeninas en el Bois lucían colores vivos como una llama: rojo rojo, violeta violeta, naranja – y cuando digo «naranja» quiero decir rojo naranja, no amarillo naranja -, verde jade y azul cobalto. Y las telas – las sedas, los satenes, los brocados, bordados con aljófares y galones, salpicados de plata y oro, y adornados con piel y encaje – tenían un esplendor oriental.»

bolsos.-rtbb.-bolso italiano de seda bordada, fechado entre 1660 y 1680

Compañero de colores y de vestidos ha caminado siempre por el mundo el enigma del bolso. ¿Qué puede haber dentro de un bolso? Anna Caballé ha dedicado páginas a preguntárselo en el prólogo a su libro «El bolso de Anna Karenina», al que ya nos hemos referido aquí. «El interior de un bolso – dice Anna Caballécontiene las posesiones que la mujer utiliza en su vida diaria, pero también otras que han quedado adheridas por el mero uso. Un bolso es, pues, un parapeto ante la mirada ajena, al tiempo que un emisor de señales.

bolsos.-erun.-cesta de seda bordada fechada entre 1780 y 1790.-en el sur de Alemania.-Bayerisches Nationalmuseum München

Podría entenderse como una perfecta combinación de continente y contenido, belleza y función, complemento y protagonismo. Lo importante es que hablamos de un objeto que sugiere cierta profundidad, no importa que su tamaño sea algo mayor que una caja de cerillas Pues representa una cierta materialización de lo íntimo. En el bolso se ubican, a resguardo de la mirada pública, los rastros – sólo parasitarios para la mirada ajena – de aquello que es importante para nosotros.  Así lo entiende la mujer que de pronto se ve forzada a vaciar el contenido de su bolso por la razón que sea. Es como abrir públicamente la propia interioridad sin preparación alguna.» 

bolsos.-rwsw.-Bolso de caza verde del principe elector Maximilanio l, mediados del siglo XVl.-Bayerische Nationalmuseum MÚnchen

Tiene lugar estos días en Munich una exposición sobre 300 bolsos desde el siglo XVl al XXl. Bolsos de mano, monederos, misteriosas formas que han acompañado a la moda y enigmas que se encadenan. ¿ Qué hubo dentro de esos bolsos que se exponen? Cinco siglos de bolsos ofrecen su apariencia exterior. Nunca nos revelarán sus intimidades.

bolsos.-5gfgyy.-bolson alemán del siglo XlX, bordado en oro y seda.-Bayerisches Nationamuseum München

(Imágenes:- 1-bolso.-Museo metropolitano de arte.-1920/2.-monedero francés bordado de seda, con cerradura de bronce.-1750-.Bayerisches National Museum/ 3.-bolso italiano de seda bordada.- fechado entre 1600-1680/ 4.-bolsa de seda bordada, fechada entre 1780-1790.- en el sur de Alemania.-Bayerisches Nationalmuseum/ 5.-bolso de caza verde del príncipe electo Maximiliano.-mediados del siglo XVl / 6.-bolso alemán del siglo XlX bordado en oro y seda.-Bayerisches Nationalmuseum)

LA ÚLTIMA VEZ QUE VIVÍ EN PARÍS

No la última vez que lo vi – lo he visto después muchas veces -, sino la última vez que viví en la ciudad, a punto ya de dejarla, como escribí entonces, el 1 de abril de 1970, en ABC:

«París, nueve de la noche, siete de la tarde, abril, marzo, domingo, sábado, martes… Dos años traspasados por París, años envueltos en papel parisiense, mojados en  tintas de del río de París, tocados con  teclas de una máquina por cuya cinta había ido pasando un París azul indefinible, interminable. Capital

sin tiempo en el espacio, me has seguido, te vas; ciudad sin espacios de tiempo, te seguiré, me voy. Despego de la piel de París sobrevolando manchas, veinte distritos, colina de Montmartre de la memoria, orilla izquierda del entendimiento, cuarto de Auteuil de la voluntad. Una conversación de años cruza ahora ese puente del Sena; viene un olor a gas de la Sorbona, un sabor a lágrimas llega del bulevar de L´Hopital. Es entonces cuando mis recuerdos corren. Hace dos años mis recuerdos aprendieron a andar : entré por el ojo del

puente de Saint – Cloud a la hora en que Gabriel Marcel acogía el gran premio de la Villa, en los días en los que un consejo de ministros concedía a la muerte una definición legal; me voy ahora con el cadáver de Adamov, mientras Beckett dialoga con silencios y cuando Mauriac relata cómo un hombre da a luz a su propia agonía.

Hechos de París intensos: horas igual que años, años como días. Mayo de 1968, mes en incendio: humo envuelto en gritos, tos que ahoga los pulmones de Francia, una fiebre ascendiendo, el vahído levantado por ese mal de la mar que se esconde en la tierra. Más tarde, durante mese de convalecencia, en semanas de párpados cerrados, la desconfianza se irá meciendo al vaivén del

sopor. Hechos de París veloces: se trasplantan corazones en Medicina; se trasplantan ambiciones en política. De las elecciones legislativas a las elecciones cantonales, un arco tiende una sombra de noticias. He ahí esa noche del 27 de abril de 1969 de la que Charles De Gaulle se lleva en parte su secreto; he ahí unas elecciones presidenciales colocando a Francia a la entrada de nuevos caminos. Es el periodismo en París, el periodismo de la noticia ardiente, hirviente; no bien se ha pasado la hoja de la actualidad del día, que otra hoja aparece, un hecho mata al otro, las luces cambian, salta el rompecabezas: es el vértigo. Es el tiempo alado, un calendario sin aliento.

Años en París. La larga mancha en piedra que esculpiera Rodin para Balzac, me sigue, me asalta… En la isla de San Luis resuenan pasos de Claudel andando cada mañana a Notre-Dame…, se alza un telón al otro lado del río, y del espacio, pendiendo de un clavo invisible, el cuerpo de Gerardo de Nerval… Rueda el círculo de la geografía, gira la rueda histórica de la ciudad…: suenan instrumentos de música cerca de la Estación de Saint- Lazare, viene un hondo silencio desde el Bois de Boulogne, llega un olor que nace en Montparnasse

Y luego el río, los ríos de libros que van bajando al costado del Sena… Es la rueda, los ríos, es el libro: libros que van formando el río y montan sus lomos unos contra otros, láminas de páginas, aguas invadidas de letras…Es Paris, el Sena de palabras y cuantas historias se va llevando el Sena. Capital sin espacio, te he seguido, te vas. Ciudad sin tiempo, me seguirás, me voy».

José Julio Perlado.-ABC.-1 de abril de 1970.

(por cortesía del Archivo de ABC)

(Imágenes.- 1.-Willy Ronis/ 2.-Brassai.-1935/ 3.-Göksin Sipahioglu/ 4.-Jeanloup Sieff.-1975.-Café du Flore/ 5.-Jealoup Sieff.-1954/ 6.-Brassai,.1945)