INVIERNO 2011 (3) : YO DIGO RÍO

«Yo digo río, corrosivo

beso de entrañas,

río, cortadura, enorme abrazo

en los más pequeños pantanos,

agua forzada forcejeando con las compuertas,

pues con las nuevas lágrimas

te he transformado en río

venenoso

rítmico

triunfante

que hacia las orillas floridas del mar

arroja como cicatriz mi senda de manzanillos.

Yo digo río

como quien diría paciente cocodrilo real

dispuesto a salir del sueño,

río

como anaconda real,

inventor del sobresalto,

río,

chorro único como desde el fondo de la pesadilla

las montañas más Peladas.

Río

a quien todo le está permitido,

aleja ya mis orillas,

ensánchame

para auscultar el nuevo corazón coralino de las mareas,

y que todo el horizonte, cada vez más ancho

ante mí,

a partir de tu hocico se aventure

desde ahora

remolino

y líquido».

Aimé Césaire: » Tu retrato»

(Imágenes.-1.-Damme.-Bélgica 1995.-Lynn Geesaman.-Thomasbarry.com/ 2.-Damme.-Bélgica 2004-.- Lynn Geesaman-Thomasbarry.com/3.–Bélgica 1995.-Lynn Geesaman.-galería Robert Koch)

LA INTERNACIONAL DEL SUEÑO

Me cuentan que hace unas noches, algo pasadas las doce y media, se deslizó en una cama de París, en el cerebro de un hombre que dormía plácidamente con la cabeza sobre su almohada, el cuerpo cilíndrico de un sueño recubierto por escamas de vivos colores y anillos alternantes, entrando ese sopor tan silenciosa y sinuosamente que apenas lo sintió, y al transportarlo con sosegada mansedumbre, lo llevó por estancias oníricas sin él casi darse cuenta, tal y como si visitara una realidad mágica, una realidad que jamás existiría. Poco tiempo después, hacia las dos menos veinte de la madrugada, ese mismo sueño salió furtivamente de aquel hombre y de la ciudad de París, y entró con rapidez en el cerebro de Marko Popovic, un hombre que dormía en un hotel de Belgrado y lo condujo a través de iluminadas habitaciones haciéndole creer que estaba consciente y que en cualquier momento iba a despertar
Pero a las tres y cuarto -siguen contándome – el mismo sueño de Belgrado y de París hizo una fulgurante cabriola y se introdujo ahora en el cerebro de Achille Mariën, un viejo profesor belga que dormía en su casa de Bruselas. También lo arrastró suavemente por galerías de espejos que iban multiplicando al infinito cada rostro de la realidad.
Estuvo el sueño en la ciudad de Bruselas desde las tres y cuarto hasta las cinco y diez. A esa hora, escapando de Bélgica y pasando con celeridad a Rumania, se introdujo veloz en el cerebro del investigador Gellu Luca que acababa de cambiar de postura en su cama de Bucarest. Allí permaneció agazapado un muy largo rato, sin apenas moverse, conduciendo sin embargo a quien soñaba por pasillos de imágenes. Pero aún tuvo tiempo de salir hacia las seis y veinte y el mismo sueño se metió dentro de la cabeza dormida del poeta-pintor Karel Nezval, en su casa de las afueras de Praga.
Luego ya amaneció. El surrealismo iluminó poco a poco el mundo, y ampliando su abertura nasal, absorbió de improviso ese sueño para siempre.