NIJINSKY

baile- bbggr- Nijinsky- foto de Krasnoe Selo- mil novecientos siete- wikipedia

 

Tras la muerte de Vaslvav  Nijinsky – recordaba hace pocos días el doctor López Ibor Aliño en una intervención académica – se le practicó la autopsia y los dos patólogos que la llevaron a cabo comenzaron por abrir a lo largo y a lo ancho sus tobillos para encontrar el secreto del baile del mayor de los genios de la danza. Nada había de anormal y volvieron a cerrar las incisiones. El baile de Nijinsky, pues, no estaba en sus tobillos sino en su cerebro.

Su cerebro y sus movimientos de gran bailarín fascinaron no sólo a muchedumbres de espectadores sino a figuras eminentes de las letras. Paul Claudel, en «El ojo escucha»- en Washington y en 1927 -decía de él al verle aparecer: «Nijnsky aportaba otra cosa, los pies en fin han dejado la tierra! Él aporta la victoria de la respiración sobre el peso (…) Es la posesión del cuerpo por el espíritu y el empleo de lo animal por el alma, aún, y aún, y de nuevo, y aún una vez más, lánzate, gran pájaro, al encuentro de una sublime derrota! Él cae, a la manera de un rey que desciende, y de nuevo él se lanza como un águila y como una flecha. El alma durante un segundo lleva al cuerpo, este vestido es transformado en llama y la materia es transporte y grito! Él recorre la escena como como el relámpago, y apenas se vuelve viene hacia nosotros como la tormenta. Es la gran criatura humana al estado lírico…, toma cada uno de nuestros movimientos más profanos y los transporta en el mundo dichoso de la inteligencia y de la potencia».

 

baile.-danza.-66gb.-Nijinsky en Monte Carlo.- foto de Stravinsky en 1911

 

Otro gran admirador suyo, Auguste Rodin, le aclamaba al contemplarle en la «La siesta de un fauno»: «entre la mímica y la plástica, el acuerdo es absoluto: el cuerpo entero significa lo que quiere el espíritu; él posee la belleza del fresco y de las estatuas antiguas; es el modelo ideal al cual uno desearía dibujar, esculpir».

Jean – Louis Vaudoyer comentaba cómo «él se elevaba varios metros del suelo, describía una parábola aérea y desaparecía a los ojos del público. Cuando se le preguntaba cómo podía realizar semejante prodigio, contestaba: «Es muy fácil, uno no tiene mas que pararse un poco en el aire antes de descender».

 

baile - bjju- Nijinsky en el ballet La siesta del fauno- mil novecientos doce- Leon Bakst- wikipedia

 

El gran crítico musical Adolfo Salazar, en «La danza y el ballet», al referirse a la aparición del gran bailarín en los «Juegos» de Debussy, resumía que» al final Nijinsky sufría en su trabajo más que cualquier otro artista de su profesión, perjudicado por una ignorancia completa de la música, una inteligencia lenta y una falta de flexibilidad que contrastaba con su maravillosa ductilidad muscular, su admirable plástica corporal, no igualada por nadie».

«Todo el mundo va a repetir – escribió el bailarín en su «Diario»que Nijinsky ha perdido la razón.¡ Qué importa, ya que en casa ya me he comportado como un loco y todo el mundo está convencido! Pero no se me conducirá al asilo puesto que soy un excelente bailarín y doy dinero a todos aquellos que me lo piden. Se aman por otro lado los seres extraños, excepcionales, y se me dejará marchar en paz tras haberme llamado «clown».

 

Choreographer Nijinsky and Composer Ravel Sitting at Piano

 

(Imágenes.- 1.-foto de Krasne Selo- Nijinsky en 1907- wikipedia/ 2.-Nijinsky en 1911- foto de Stravinsky/ 3.-cartel de «La siesta de un fauno»- 1912- Leon Bakst/ 4.- Nijinsky y Maurice Ravel- 1912)

DEGAS, DANZA, DIBUJO

Las tres DDegas Danza Dibujo – (Paul Valéry en el título de su texto sobre el pintor no las quiso separar con comas)  parece que bailaran y se mezclaran unas con otras representando de alguna forma uniones y trazos del gran impresionista francés. La Royal Academy of Arts de Londres nos lo acerca ahora en una exposición y podemos seguir atentamente evoluciones, pasos y movimientos. Es siempre Degas y el Ballet, o el Ballet y Degas, o Degas delante del Ballet, o el Ballet pintado por Degas. De los caballos de Degas hablé ya en Mi Siglo, y hace más tiempo aún de su ballet de medusas.


Me llaman el pintor de las bailarinas -confesaba Degas -. No comprenden que, para mí, la bailarina es un pretexto para pintar hermosas telas y representar el movimiento». Valéry, en sus «Piezas sobre arte» (La Balsa de la Medusa), separa de nuestros movimientos voluntarios ( los que tienen por fin una acción externa, es decir, alcanzar un objeto o lugar ) los otros movimientos, cuyas evoluciones no nos llevan a ningún objeto determinado. Y ahí se encuentra la Danza. Ahí van las tres D unidas en sus evoluciones y en sus ritmos – Degas Dibujando Danza; Dibujos de Danza de Degas –, a veces acompañadas por la música, «el universo de la Danza y de la Música tienen relaciones ímtimas que todos notamos – decía Valérysin que nadie sin embargo haya captado hasta ahora su mecanismo ni demostrado su necesidad. En los ballets se ven instantes de inmovilización del conjunto durante los cuales el grupo de ejecutantes ofrece a las miradas una decoración fija, mas no duradera, un sistema de cuerpos vivos limpiamente detenidos en sus actitudes y que da una singular imagen de inestabilidad.

En ese universo de la Danza – seguía diciendo Valèry el reposo no tiene lugar: la inmovilidad es cosa impuesta y forzada, estado de paso y casi de violencia, en tanto saltos, puntas, rotaciones vertiginosas son materia totalmente natural del ser y el hacer».

Y así vemos el movimiento del dibujo y cómo baila la Danza de la mano de Degas.

(Imágenes:- 1.-Degas:  bailarina posando para un fotógrafo.- Museo Pushkin de Bellas Artes de Moscú/ 2.- Degas.-bailarina.-Museo d`Orsay/ 3.-Degas: bailarinas vestidas de azul.- Museo Pushkin de Bellas Artes de Moscú)

EL MANDARÍN MARAVILLOSO

El mandarín maravilloso de Bela Bartók eleva en su soledad blanca los trazos negros y afilados de pies y manos, los saltos de las sombras, el perfil de la danza, el ritmo y sus desviaciones sincopadas. El mandarín maravilloso bailará entre los ángulos hirientes de la coreografía, entre la geometría de los signos, entre el vuelo violento de las capas, los movimientos del conflicto y el contraluz de muñecas, piernas y brazos. El bailarín maravilloso estará de pronto invadido de colores y alejará y acercará los rostros ante un espejo invisible enmarcado en la gran expresión orquestal.

Sucederá esto en 1919. Casi veinte años después, en 1936, el mandarín maravilloso dará paso a una fantasía sonora, sólida arquitectura de la «Música para cuerda, percusión y celesta«. Arpa, piano, timbales y tantos otros instrumentos se fundirán en unidad extraordinaria y en fascinante y dinámica  disposición. «A  menudo se viaja con él sobre las aguas negras de un río subterráneo – dirá Julien Green en su «Diario» al hablar de esta obra de Bartók -, pero hay también sobre las aguas el resplandor de los fuegos de Bengala y por encima de nuestras cabezas la bóveda de una belleza mágica; también podemos sentirnos en un templo plenamente sonoro con el ruido de los gongs, en medio de una jungla donde la fieras rugieran sordamente en la noche».

«Que mis exequias – dirá Bartók en su proyecto de testamento – se celebren lo más sencillamente posible. Si por casualidad, después de mi muerte, quiere darse mi nombre o erigirse un monumento en mi honor en una plaza pública, he aquí cuáles son mis deseos: en tanto que las plazas de Budapest antiguamente llamadas Plaza Oktogon y Plaza Eorönd lleven los nombres de estos hombres (léase Mussolini e Hitler), en tanto que haya en Hungría una plaza o una calle con esos dos nombres, yo deseo que no haya en el país ninguna calle, ninguna plaza ni un monumento público que lleve mi nombre y que ninguna placa conmemorativa sea colocada en lugar público«.

«Nuestra situación empeora de día en día – escribirá desde Estados Unidos el gran compositor meses antes de morir -. Nunca en mi vida, desde que me gano el pan, me he visto en una situación tan terrible. Mi mujer lo soporta todo heroicamente. Hasta ahora habíamos tenido gratis dos pianos. Pero acabo de recibir el aviso de que se van a llevar uno. Naturalmente, no tenemos dinero para alquilar un segundo piano. Por lo tanto, no tendremos posibilidad de estudiar las obras para dos pianos. Y cada mes recibo un golpe por el estilo. Me rompo la cabeza preguntándome qué me va a ocurrir el mes que viene…».

«Es la hora de la séptima puerta…», le dirá al fin a un visitante el 26 de septiembre de 1945 en el West- Side Hospital de Nueva York.

Allí es donde murió.

(Imágenes: videos.-1.-«El mandarín maravilloso» (1919).-Angers Nantes Opéra Au Theâtre Le Quai/ 2.-«Música para instrumentos de cuerda, percusión y celesta»(1936).-Filarmónica de Berlín, dirigida por Pierre Boulez/ 3.-«Sonata para violín solo»(1944), por Ivry Gitlis)

DIBUJOS DE NIJINSKY

Nijinsky.-333.-dibujos de las danzas de Vaslav Nijinsky.-por George Barbier.-1913.-

«Nijinsky emocionó al público de París en 1909 – escribió Boris Kochno en «Le Ballet» – Al día siguiente del estreno de Sílfides se decía de él que era un fenómeno, que tenía los pies palmados como ciertos pájaros, lo que le permitía quedarse en el aire más tiempo y descender más lentamente de lo que las leyes de peso permiten… Cocteau lo retrató con su pluma diciendo que «su rostro de tipo mogólico estaba unido al cuerpo por un cuello muy alto y muy ancho. Los músculos de sus muslos y los de sus pantorrillas estiraban la tela del pantalón y le daban el aspecto de tener las piernas arqueadas hacia atrás. Sus dedos eran cortos, como partidos por las falanges. En resumen, nunca se hubiera podido creer que este monito de cabellos extraños, vestido con un abrigo largo y tocado con un sombrero que parecía estar en equilibrio sobre su cráneo llegara a ser el ídolo del público».

NIJINSKY FF,. en La siesta de un fauno.-wikipedia

«Y en realidad lo era a justo título – seguía diciendo Cocteau -. Todo en él se organizaba para aparecer desde lejos en medio de las luces. En el escenario, su musculatura demasiado gruesa parecía esbelta. Su talle se estiraba (sus talones no pisaban nunca el suelo). Sus manos se convertían en el follaje de sus gestos, y en cuanto a su rostro…, era resplandeciente».

Ahora la Fundación Mapfre reune en Madrid los dibujos realizados por el bailarín bajo el título «La danza de los colores. En torno a Nijinsky y la abstracción». Ojos y curvas que en su movimiento intentan alejar – y también reflejar -muchas de sus obsesiones.

Nijinsky,.AA.-Funndacion mafre

«La Consagración de la Primavera«, el » Prélude à «L`Après-midi d`un faune«, tantas otras coreografías, tantas otras danzas memorables, sus saltos prodigiosos, las audaces invenciones de Igor Stravinsky, todo ello rodea de alguna forma a estos dibujos del bailarín sobre el que Adolfo SalazarLa danza y el ballet«) (Fondo de Cultura Económica) recordó sin embargo que, al final de su carrera, «sufría en su trabajo más que cualquiera otro artista de su profesión, perjudicado por una ignorancia completa de la música, una inteligencia lenta y una falta de flexibilidad que contrastaba con su maravillosa ductilidad muscular y su admirable plástica corporal, no igualada por nadie».

Stravinsky.-TTRT.-foto dedicada con autógrafo.-Thomas Oboe Lee.-

(Imágenes:- 1. George Barbier.-dibujos de las danzas de Nijinsky/2.-Leon Baktst.- «Nijinsky en «La siesta del fauno», 1912.-wikipedia/3.-dibujo de Nijinsky.-Fundación Mapfre/4.-Igor Stravinsky.-fotografia dedicada.-Thomas Obee Lee)

BALLET DE MEDUSAS

Catedrales de seda flotante -me dice Valéry prestándome los prismáticos-, ¿usted las ve?, fíjese bien en esas largas cintas vivas recorridas enteras por rápidas ondulaciones, por flecos y frunces que ellas pliegan y despliegan mientras se giran, se deforman, vuelan, fluidas como el fluido continuo que las aprieta y se pega a ellas y las sujeta por todas partes, hace hueco a su menor inflexión, y pasa a ocupar sus formas. Ahí, en la plenitud incomprensible del agua que parece no oponerles resistencia, esas criaturas disponen del ideal de la movilidad, y despliegan y repliegan su simetría radiante. Nada de suelo, nada de sólido para esas bailarinas absolutas; nada de tablas; sino un medio donde apoyarse en todos sus puntos, que ceden hacia donde se quiere. Nada de sólido, tampoco, en sus cuerpos de cristal elástico, nada de huesos, nada de articulaciones, ni vínculos invariables, ni segmentos que se pudiera contar…
Estamos en un acuario viendo moverse a las medusas. ¿O estamos en un teatro viendo danzar a las bailarinas de Degas? A veces, con los prismáticos, no sé dónde estoy. Quizá me encuentre en un museo, ante un cuadro de Degas que parece un ballet, ballet que a su vez parece un acuario en donde las medusas danzan. Llaman la atención ahora por la brillante luminiscencia de su pintura, por la luz fría de las blancas faldas que no centellean en el acuario, por el número de cambios trenzados cruzando el escenario. La virtuosidad, la resistencia física de estas bailarinas flotando en aguas superficiales, es atraída por el viento que intenta arrastrarlas en giros y vueltas y las faldas son a veces violetas y otras amarillas, la movilidad espacial las acerca al cine y yo tomo otra vez los prismáticos para ver las campanas de estos cabellos de medusas y seguir el color de este cuadro que está dentro del escenario, escenario que está dentro del agua.
La correspondencia de las artes es así. No sólo la pintura enlaza con la poesía y ésta a su vez se une con la música. Nunca sabemos dónde estamos. Mirando un paisaje decimos, por ejemplo: «parece un cuadro», mirando un cuadro nos asombra que supere a un paisaje, mirando a esta bailarina nos atrapa de pronto la medusa que nos lleva a Degas.