
Para guía fiel de mi vocación
Me fue dada, al nacer, la belleza,
Que es para mí luz y espejo de dos artes:
Quien otra cosa piensa, yerra.
Ella sola es la que eleva a mis ojos a aquella altura
A que aspiro al pintar y al esculpir.
Temerarios y necios juicios aquellos
Que se apartan del sentido de la belleza;
Esta mueve y eleva al cielo todo intelecto sano,
Que de lo mortal a lo divino no pasan
Los ojos enfermos, ni pueden llegar a donde
Elevarse sin gracia es pensamiento vano.

Se perecen mis ojos por las cosas bellas,
Y mi alma, por su salvación ansiosa,
No se eleva al cielo sino
Al contemplar aquellas cosas.
De las más altas estrellas
Baja a la tierra un resplandor,
Que inspira el anhelo de llegar a ellas;
Y que se llama amor.
Ninguna otra cosa hay para el corazón noble,
Que lo enamore y lo haga arder y le aconseje,
Como un rostro cuyos ojos sean cual aquellas estrellas
Miguel Ángel- (Rimas)

Imágenes- wikipedia