FILMAR UNA FAMILIA (8) : BUSCAR ESCENARIOS: LOS TEJADOS DE MADRID

¿Escribir con guión o sin guión? No lo sé. Esta película que estoy hacien sobre la familia, sobre una familia, surgió, como creo que dije al principio, por aquella imagen del  pasillo de Ettore Scola  en su película “La familia”, de 1987,  que no era una película excepcional, pero sí algo que me impactó,  quizás por ver allí cómo pasaba el tiempo sobre las generaciones. Hoy el paso del tiempo va a toda velocidad y en muchas direcciones , y no sólo en la sociedad en general, sino también en familias concretas. Estoy charlando de  todo esto con mi hermana Paula ,que tiene ya veinticinco años y está sentada junto a mí en el suelo de nuestro comedor, al lado de su novio Andrés, que es fotógrafo, y que esta mañana nos ha inundado la casa de fotos del Madrid antiguo y moderno, porque además de fotógrafo, es arquitecto, lleva un año de novio con Paula, yo creo que se quieren, es  hombre inquieto, con ideas; Paula es maestra de niños en un colegio del barrio, y él  un apasionado de Madrid, de sus secretos y sus casas, y especialmente de sus tejados, que no sé por qué le interesan tanto los tejados, pero él es así.  Andrés me ha asegurado que esos tejados antiguos de Madrid poseen gran belleza y  misterio, y, sobre todo, son reveladores de muchas cosas, ya que descubren los cambios de toda una ciudad, desde sus inicios de la ciudad- pueblo, hasta la urbe actual en la que vivimos entre tantos rascacielos. Me habla también de los tejados de zinc de París, que él  conoce muy bien, y admira su bella uniformidad gris, tan famosos ya que posiblemente vayan a proponerlos como patrimonio inmaterial de la UNESCO.  El zinc, me sigue explicando Andrés sentado junto a mí, es un material barato y fácil de poner, y grandes pintores y cineastas han recogido esos tejados en sus obras. Me viene a la memoria, mientras me habla, una viejísima película de René Clair, sería allá por 193O, titulada “Bajo los  techos de París”,  primera película sonora del cine francés, y que es muy probable  que ni Paula ni él hayan visto, y que presentaba  una simple comedia musical con  carteristas y ladrones, donde los techos de París( al menos en el título), eran la excusa para relatar tales aventuras. Pero todos estos  son meros pensamientos personales sin demasiado interés mientras continúo  viendo cómo se extienden poco a poco por el suelo de nuestro comedor decenas y decenas  de techos y tejados de Madrid como si aquello fuera un mapa inmenso, techos fotografiados por Andrés, que los ha rescatado con toda su buena intención por si alguno de ellos me pudiera servir de escenario. Quizás sí, me sirva alguno,  no lo sé.  


Encontrar escenarios nuevos para una película no es tarea fácil.  Nos hemos sentado, pues,  toda la familia en el suelo del comedor, incluida mi madre que se ha acomodado sobre un almohadón para seguirlo bien todo y hemos apartado algunos muebles para hacer sitio y que  haya suficiente espacio para las fotos; solamente hemos dejado sin tocar y en su lugar de siempre, el sillón donde suele ponerse mi tío Adolfo, que ahora ya  está allí sentado y preparado, impecablemente vestido con su bata de seda azul y apoyado en un elegante bastón, con cuya punta nos señala, entre gozoso y distante, mirándonos desde su monóculo, las fotografías que más le gustan.

José Julio Perlado

(del libro “Carnet de un director de cine”)

relato inédito

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imágenes- 1 foto JJ P/2 y 3- wikipedia