VOY A IR DESPIDIÉNDOME …(8) DE LA LLUVIA

No sé si hay lluvia adonde yo voy pero las gotas imprevistas que caen de los tejados de París cuando yo estuve, cuando yo estoy, gotas inesperadas abriendo la mañana, primavera de gotas concentradas que han abierto su cuenco en el cielo, se han reunido las palmas de las nubes y han dejado pasar entre sus dedos las finas gotas que ahora caen, gotas concentradas, redondas, monedas gruesas del dinero del cielo que retumban en cuanto salen de las nubes y caen redondas sobre la ciudad, chisporrotea el metal sobre la calzada, hay una lluvia deshojada, lluvia tenue, apenas lluvia, son gotas igual que latidos, el corazón de las aceras siente el golpe de las gotas repiqueteando, los canalillos fluyen y se llevan las gotas como ríos, Paris en mi memoria tiene un velo de lluvia con que se tapa el rostro, detrás de la lluvia aparece Notre-Dame desdibujada, la Gare de Lyon, los Campos Elíseos. La lluvia en París no avisa, el puño de la lluvia concentrada de repente abre su mano en Saint- Denis, en Montmartre, en Odeón, y caen las gotas sobre los toldos del tiempo, sobre las tazas de café, sobre las mesas y terrazas que recogen sus manteles precipitadamente, conocen bien el paso intenso de la lluvia que es un paso breve, primaveral, ha de dejar sitio al mediodía que viene detrás tornasolado, apartando las nubes, la lluvia camina hacia atrás y espera mejores tiempos para derramarse, son hilos e hilos de gotas en collares que están ocultos en el horizonte. ¿Dónde duermen? ¿Dónde viven? Recuerdo que estuve a punto de descubrir su secreto pero ya no me dio tiempo.

José Julio Perlado

imágenes – 1- Tarkovsi/ 2- wikipedia