GIULIETTA MASINA

Después de tanto tiempo en que no he trabajado con Federico —decía Giulietta Masina al acabar “Giulietta de los espíritus”—le he encontrado cambiado. Me parece más tenaz que nunca en llevar a cabo sus ideas con una violencia secreta, inflexible, que a fin de cuentas, es el aspecto más sombrío de su personalidad. Cuando está trabajando es implacable. Se impone jornadas de hasta dieciséis  horas diarias. En lo que a mí me toca, nos conocemos demasiado bien para que no sepa bien lo que quiere de mí. Si no acierto con sus objetivos o con la debida medida, se crea una atmósfera que, por eufemismo, voy a llamar tensa. Luego, la tormenta pasa. Yo obedezco y él manda. Alguna vez me escucha. Federico me dice que yo soy parte integrante de su conciencia moral y social. Y ¿qué es lo que brota dentro y fuera de mí? Esa criatura, grande y pequeña a la vez, que somos todos a lo largo de la vida, con una vocación infinita al amor y por consiguiente al dolor;  dispuesta a todo, pero heredera de una tradición moral que siempre me guía; soy, a un tiempo, una desplazada siempre presente;  mujer atractiva, pero también plebeya, con una historia que tiene un pasado pero que es también inacabada. Gelsomina fue el símbolo de la soledad; Cabiria, del dolor social; Giulietta, del dolor íntimo y personal; un “no” angustiado a tres injurias, a tres aniquilamientos. 

Pero él con sus films se divierte. Es ágil para liberarse de emociones, mientras que yo y tantos otros nos liberamos con gran dificultad. En esto lo encuentro a veces de un humanismo absurdo. Tiene una alegría persistente aún en medio de un dolor sincero. 

José Julio Perlado

imágenes- wikipedia

Sin categoría

2 comentarios en “GIULIETTA MASINA

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.