UN DÍA EN LA VIDA DE MOZART

Siempre me peinan a las seis de la mañana — confesaba Mozart en una carta a su hermana contándole sus días ajetreados en Viena en 1782-,y a las siete estoy completamente vestido. Luego compongo hasta las nueve. De nueve a diez imparto clases. Entonces almuerzo, a menos que me inviten a alguna casa donde almuerzan a las dos o incluso a las tres, como por ejemplo hoy y mañana donde la condesa Zichy  y la condesa Thun.  Nunca puedo  trabajar antes de las cinco o las seis de la tarde, e incluso entonces muchas veces tengo algún concierto que me lo impide. Si nada se interpone,  compongo hasta las nueve. Luego voy a ver a mi querida Constanza, aunque la dicha de vernos casi siempre se ve empañada por los comentarios amargos de su madre… A  las diez y media o a las once regreso a casa. ¡ Depende de los dardos de su madre y de mi capacidad para soportarlos! Como no puedo confiar en que vaya a componer por la noche debido a los conciertos, y también a la incertidumbre de que me llamen o no para estar aquí o allá, me he hecho  el hábito (especialmente si llego temprano a casa)  de componer un poco antes de irme a la cama. A  menudo sigo escribiendo hasta la una… y a las seis estoy levantado otra vez. En general es tanto lo que tengo que hacer que a menudo no sé si estoy cabeza arriba o cabeza abajo”. 

José Julio Perlado

imágenes- 1- la familia Mozart en 1763/ 2- una página del “Réquiem”- wikipedia