
Uno de mis antiguos recuerdos se remontaría, si fuera cierto a mi segundo año de vida —-confiesa el psicólogo suizo Jean Piaget—. Veo todavía, en efecto, con una gran precisión visual, la escena siguiente en la que he creído hasta alrededor de los 15 años: iba sentado en un cochecito de niño empujado por mi niñera por los Campos Elíseos cuando un individuo quiso raptarme. La correa de cuero ajustada a la altura de mis caderas me retuvo, mientras la niñera trataba valerosamente de interponerse entre el hombre y yo (hasta recibió algunos arañazos que aún puedo recordar vagamente en su frente). Se formó una aglomeración y un agente de policía con capa corta y un bastón blanco se acercó, lo que hizo huir al individuo. Veo todavía toda la escena y hasta la localizo cerca de la estación del metro.
Cuando tenía alrededor de 15 años, mis padres recibieron de mi antigua niñera una carta anunciándoles su conversión al Ejército de Salvación. Deseaba confesar sus antiguas faltas y, en particular, devolver el reloj recibido como recompensa de esta historia, totalmente inventada por ella ( incluyendo el detalle de los rasguños). He debido, pues, escuchar de niño el relato de los hechos en los que mis padres creyeron y lo proyecté en el pasado bajo la forma de un recuerdo visual que es, pues, falso.
José Julio Perlado

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¡Qué historia! Me ha impactado.
Teresa,
a veces la realidad supera a la ficción. Muchas gracias por tus palabras.