MUJERES (1): ISAK DINESEN

Me dijo el joven criado Kamante — (cuenta Isak Dinesen)

 —Msabu, ¿crees que tú misma puedes escribir un libro? 

Le respondí que no lo sabía. 

Para figurarse una conversación con Kamante hay que imaginarse una pausa larga y grávida antes de cada frase, como si tuviera una profunda responsabilidad. Todos los nativos son maestros en el arte de las pausas y de este modo dan perspectiva a una discusión. Kamante hizo una pausa así, y luego dijo 

—Yo no lo creo.

Yo no tenía a nadie con quien hablar de mi libro: así que dejé a un lado mi papel y le pregunté por qué no. Descubrí que había estado pensando en aquella conversación previamente y que se había preparado para ella;  tenía detrás suyo la mismísima Odisea y la  depositó sobre la mesa.

— Mira, Msabu éste es un buen libro.  Está unido de un extremo a otro. Hasta si lo levantas y lo sacudes con fuerza no se hace pedazos. El hombre que lo ha escrito es muy listo. Pero lo que escribes — prosiguió con una mezcla de desprecio y de amable compasión — está un poco ahí y otro poco allá. Cuando la gente se olvida cerrar la puerta, el viento lo mueve, se cae al suelo y entonces te enfadas. No será un buen libro. 

Le expliqué que en Europa lo juntarían todo.”

Imágenes-1- Karen Blixen en 1913/ 2- las colinas de Ngong