
» trato la corriente de un río como si fuera un violín», exclamó el poeta Paul Eluard. El agua del Támesis ha sido pintada por Canaletto, Turner y Whistler. El agua del Támesis fue testigo de la «música acuática» de Haendel, que compuso una música, decía, que puede oírse a través del agua. Poe hablará del «río del silencio», el río que no emite murmullos.
El célebre «Danubio azul» nos llevará a otro río y ese Danubio será tratado por el italiano Claudio Magris en un largo viaje cultural con ese mismo título. «Somos el río, y aquel griego que se mira en el río», escribió Borges. En el cine, el Ganges será el motivo principal de la película de Jean Renoir «El río» ( 1951). Las aguas del Duero dialogan con Gerardo Diego y con Machado. El Guadalquivir es cantado a su vez por Góngora y el Duque de Rivas. Joaquín Costa dialogará también con el río Éssera. «El dorado Tajo, el divino Genil, el Pisuerga famoso por su mansedumbre», escribirá Cervantes en «El Quijote». Y al río Moldava dedicará una de sus obras el compositor checo Smetana.. La pintura del río y la muerte ha quedado reflejada por otra parte en el suicidio de Ofelia flotando sobre las aguas en el cuadro de John Everest Millais (1851).
José Julio Perlado

(Imágenes – wikipedia)