EN UNA LIBRERÍA PARISINA

En una librería parisina, “Shakespeare and Co” de la calle Odeón, entraba Joyce con su obra para comentársela a sus amigas escritoras y libreras. Harry Levin, uno de los mejores estudiosos de Joyce, compara a éste con Proust y  con su obra. “ En una carta al  Times de Londres que el periódico se negó a publicar, decía Eliot que “el “Ulises” nos parece todavía la obra de imaginación más considerable de nuestra época, en inglés, comparable en importancia (y acaso en nada más)  a la obra de Proust. El “espíritu de fineza”  de Proust es exactamente lo opuesto al “espíritu de geometría” de Joyce. En  “A la busca del tiempo perdido”,  el pensamiento suele ser complejo pero los materiales son relativamente sencillos:  gracias a una serie de ensayos líricos  y de escenas dramáticas, Proust  revela su sentido profundo del desarrollo y las variaciones del carácter. Su espíritu es temporal,  mientras que el de Joyce es espacial. En Joyce, pueden llegar a reducirse los personajes a algunos gestos estilizados y a ciertas actitudes simplificadas. Sus personajes se mueven en el espacio,  pero no se desarrollan en el tiempo. Solo viven en la espera de la ruina del espacio entero, de la última llama lívida  del tiempo,  del día del juicio final. El “Ulises” es menos rico en penetración psicológica que en su deslumbrante técnica. La ardiente intensidad de los esfuerzos creadores de Joyce anima la frialdad plástica de sus creaciones. Se derrama como la lava de un volcán sobre una ciudad antigua, sorprendiendo a los desventurados habitantes en el foro o en el templo, y petrificados en las agonías insensatas de la parálisis. 

José Julio Perlado

(Imágenes-1- librería “La Maison des Amis des libres”/ 2- Joyce en 1915)

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