
Lo esencial es el poema, lo secundario es el comentario, recuerda sabiamente Steiner. Las bibliotecas están llenas de poemas pero más aún de comentarios Son vericuetos, caminos,senderos de los lectores eruditos que ascienden hacia Shakespeare o hacia La Divina comedia, o hacia Dostoyevski, o a Cervantes, y nos cuentan y desmenuzan las habilidades creadoras de los genios. Auden nos acerca a los sonetos de Shakespeare, Riley lo hace ante la estructura y personajes del Quijote. Lo más interesante como siempre son las notas de esas interpretaciones. Cada mente crítica esboza su criterio, nos hace más fácil el camino hacia la cumbre pero a veces es bueno subir a la cumbre sin ayuda, a ver qué nos dice la cumbre, qué paisaje del mundo vemos desde ella y qué nos confiesa Cervantes a cada uno, cuánta belleza nos transmite Dante por sí solo o qué misterios nos revela Dostoyevski.

Los comentarios al margen de la lectura deberían de ocupar , de modo ordenado, muchas bibliotecas para poder descifrar el lenguaje de los signos y ver cómo funciona la mente de un buen lector. Cuando uno es joven generalmente se subraya una frase o un texto, quizá para aprenderlo o retenerlo, pero cuando uno avanza en años fluye el diálogo con el autor. El lápiz o el bolígrafo señalan la conversación con la obra, lo que ella nos está enseñando, asombrando y educando. El poema sigue intacto, no se puede tocar, pero los comentarios nos siguen abriendo las capas del mundo de los autores, y como si fuera ante un quirófano, vemos los órganos internos de ese cuerpo creador que tanto costó lograr al escritor. Sería toda una lección de crítica las opiniones, muchas veces opuestas, y sería también una lección de sabiduría —-publicar las anotaciones que algunos escribieron al margen de los libros, con letra a veces minúscula, pero con el corazón vivo igual que si se entregaran por entero a una inaudita lección
José Julio Perlado

(Imágenes- 1- casa en el lugar donde nació Shakespeare/ 2- Divina Comedia/ 3 ilustración al Quijote- wikipedia)