Leo en Mediablog la receta que propone Philip Meyer, profesor emérito de periodismo en la Universidad de Carolina del Norte (su artículo está publicado en American Journalism Revue ) para que los periódicos entren en una nueva etapa y adquieran un rostro nuevo. Meyer presenta seis fórmulas para obtener distintos resultados a los que hoy está manteniendo el periodismo:
1.-Los periódicos deberán ser menos «pesados» – dice -, es decir, reducidos no sólo en su formato sino también en su número de páginas;
2.-podrán tener una periodicidad no necesariamente diaria;
3.-deberán contener principalmente análisis, interpretaciones e investigaciones;
4.-deberán abandonar la cobertura de comunicados de agencias que carezcan de profundidad para dedicarse principalmente a informaciones elaboradas que siempre suponen un valor añadido en la era de la información;
5.-deberán colocar los hechos en su contexto, explicarlos, y sugerirle al lector caminos para actuar con respecto a ellos;
6.-deberán experimentar una cada vez más estrecha interacción con el lector pendiente de la web.
Meyer piensa entonces en periódicos concebidos «a la medida» de un público más de élite, que aspire a consumir una buena información. Estos diarios reducirían necesariamente la tirada, pero mantendrían su influencia sobre la comunidad, volviendo a o posicionarse como el medio más fiable para la información local y los análisis y las investigaciones periodísticas ante las administraciones públicas.
Tras señalar que Internet ha dejado obsoletos los viejos modelos de diarios, Meyer piensa que «los periódicos con una alta credibilidad tendrán un mayor éxito a la hora de resistir a largo plazo contra el declive en la difusión entre los lectores».
Nada nuevo bajo el sol y todo nuevo bajo él, la velocidad de Internet persigue los pasos del periodismo tradicional. El oído en la radio, el primer ojo en el televisor, la segunda mirada en la pantalla del ordenador, la mirada tercera hojeando las páginas de un periódico. A veces los sentidos cambiarán su dirección y será el ojo y su pestañeo primero en Internet, el ojo segundo en la Televisión, la mente sobre un análisis – siempre que esté bien hecho – en el periódico y al fin, en la noche y en la orilla del sueño, el oído escuchando el último suspiro del día en la información.
(Imagen:- foto: Tina Modotti.-Imagery our World)